El secretario de Estado de Seguridad tendrá el control absoluto en la lucha antiterrorista
Interior limitará el poder al mando único policial para evitar más roces
Rubalcaba pretende que no vuelvan los enfrentamientos dentro de la cúpula del Ministerio
El Gobierno prepara reajustes en el Ministerio del Interior. Alfredo Pérez Rubalcaba quiere evitar a toda costa que surjan nuevos roces entre sus más altos colaboradores como los vividos entre el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, y el cesante director de Policía y Guardia Civil, Joan Mesquida. El ministro busca dar todo el poder en la lucha anterrorista al secretario de Seguridad y delimitar las competencias del mando único de las fuerzas de Seguridad. El Gobierno no quiere prescindir de la figura del mando único, creada hace sólo 20 meses, a pesar de las continuas críticas que ha recibido. Fuentes del Ejecutivo y responsables de los dos cuerpos reconocen que el solapamiento entre Camacho y Mesquida ha sido continuo en este tiempo. Aseguran que no ha sido un problema de «incompatibilidad de personalidades», sino de «competencias casi idénticas» en materias tan sensibles como la lucha contra ETA. Interior no quiere suprimir la siempre cuestionada dirección única porque sería reconocer que se erró en la decisión. Además, el Gobierno defiende que su existencia ha obligado a reunir periódicamente en la misma mesa a los mandos de los dos cuerpos, un avance inédito. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega rechazó el lunes cambios de alcance en la estructura de Interior, pero tampoco mostró euforia a la hora de hablar del mando único. Se limitó a señalar que ha funcionado «razonablemente bien». Interior estudia delimitar aún más las competencias de ambos cargos para evitar choques de poder. Quiere que en el día a día, no sólo sobre el papel, se respete el organigrama de funciones fijado en el real decreto 1571/2007 que desarrolló la última estructura del ministerio. Este reglamento fija que el secretario de Estado es el responsable de la «dirección, coordinación y supervisión de los órganos directivos», mientras que el director general está «bajo la dependencia del secretario de Estado». Definir las competencias, explican responsables del departamento, es necesario en este momento sobre todo con vistas a la lucha antiterrorista. Mesquida llegó a la dirección de los dos cuerpos en plena tregua de ETA, de modo que había menos oportunidades de que solapasen un secretario de Estado dedicado a la lucha contra ETA y el mando único. En busca del candidato Responsables del Gobierno apuntaron que el nombre del futuro mando único aún no se conoce y que su nombramiento será responsabilidad de Rubalcaba, oído eso sí el Ministerio de Defensa, habida cuenta la dependencia orgánica de la Guardia Civil del departamento que dirige Carme Chacón.