La desaceleración no se deja notar en el incremento de los costes de construcción

La economía en general, y el sector inmobiliario muy en particular, están sufriendo las consecuencias de la desaceleración, o si se prefiere de la crisis («esto irá a más», afirman algunas fuentes del sector). Pero los costes en la construcción siguen creciendo. Según estas fuentes, las nuevas exigencias normativas sobre la construcción y los materiales continúan incrementando de forma notable sus precios; situación a la que se suman las exigencias de la mano de obra. Al final, según los constructores, en los últimos meses se han agudizado una situación que grava en mayor medida la construcción de viviendas, mientras que la venta de pisos protegidos ha mantenido su precio sin variación. La consecuencia ha sido, entonces, un adelgazamiento de los ya menguados beneficios que los promotores de pisos públicos podían obtener. Entre los principales factores que han encarecido la construcción de vivienda en los últimos tiempos, además de la subida de los materiales, destacan la entrada en vigor del código técnico de la edificación, y de la normativa de eficiencia energética. Ante esta situación, y con el objetivo también de cumplir los compromisos de fomento de la vivienda pública, el Ministerio de Vivienda publicó en enero el documento de actualización de los coeficientes que aplica a los precios máximos de venta en función de la situación del mercado inmobiliario en cada localidad española. Desde entonces las autonomías han planteado sus propuestas de modificación de estos ámbitos, y en función de ellas la semana pasada el ministerio publicó la orden definitiva con los coeficientes que los constructores pueden aplicar en la venta de estos pisos públicos. Una lista en la que llama la atención la larguísima lista de municipios catalanes en las tarifas más altas. Los constructores consideran que la revisión de los precios de la vivienda pública afronta «por primera vez» de manera seria el coste de las promociones