| Análisis | «Narcotest» |
Ahora le toca a las drogas
La DGT prepara una ofensiva para controlar el consumo de estupefacientes entre los conductores, puesto que ya son más los que viajan bajo efectos piscotrópicos que ebrios
Las cifras que la DGT ha ido acumulando silenciosamente sobre el binomio drogas-conducción ponen ahora la voz de alerta en este fenómeno que, a tenor de los resultados de los primeros controles, es mucho más frecuente que la conducción bajo los efectos del alcohol. La primera batida se realizó en octubre del año pasado. Un operativo sorpresa de Tráfico concluyó con un balance de 32 conductores sancionados en varias provincias de España por viajar drogados, lo que supuso que el 8% de los controles dio positivo. El segundo paso se dio a finales de marzo. La Fiscalía de Seguridad Vial montó un dispositivo en Jerez durante el Gran Premio de España de Motociclismo. El resultado fue más preocupante que en el caso anterior, puesto que el porcentaje había ascendido hasta el 12% de positivos. La DGT también tiene en sus manos los resultados de las autopsias realizadas por el Instituto Nacional de Toxicología a casi 1.400 conductores muertos en accidente de tráfico en el 2004, resultados que ponen de manifiesto que uno de cada diez conductores había consumido algún tipo de droga y que casi todos ellos habían ingerido cocaína. Métodos fiables Con este planteamiento, la DGT prepara una ofensiva similar a la que en su día protagonizó el alcohol. Pero quiere hacerlo con métodos fiables. Este organismo está trabajando en la puesta en marcha de sistemas capaces de detectar el posible consumo de sustancias psicotrópicas en conductores, sistema que ya está normalizado en comunidades como Cataluña. En Europa ya se dispone de protocolos médicos para determinar la sintomatología de este consumo, así como de instrumentos capaces de detectar los niveles de sustancias como el cannabis, la droga ilegal más consumida en España. Sin embargo, en estos países se ha establecido un sistema de extracciones de sangre o de recogida de muestras de orina, mientras que la DGT trabaja por la puesta en marcha de sistemas de análisis de saliva, probablemente menos intimidatorios que los anteriores. Son muchas las investigaciones que demuestran que las drogas no son buenas compañeras de viaje. Los efectos de una determinada sustancia psicotrópica sobre la capacidad de conducción son distintos dependiendo del tipo de droga y la dosis, la idiosincrasia personal y el momento en el que se tome. Se conoce que, en lo referente al sistema nervioso, los estupefacientes pueden provocar desde relajación o menor concentración a excitación y un comportamiento impulsivo.