Leoneses en la vida y en la muerte

«Todas las personas tienen derecho a un enterramiento digno conforme a sus creencias» TERESA GUTIÉRREZ, concejala de Bienestar Social, Mujer y Personas Mayores de León «Somos de Dios y a Dios vamos». La sura , extraída del Corán, es uno de los epitafios más comunes de las sepulturas musulmunas que, mirando a La Meca, buscan el premio de la eternidad para las personas que profesan la religión islámica. En León hay una comunidad de más de cuatro mil personas -la mayoría de nacionalidad marroquí y paquistaní- que practican la fe de Mahoma o han nacido bajo esta confesión. El año pasado abrieron la primera mezquita en la capital y ahora plantean, a través de una asociación cultural, la necesidad de disponer de un lugar apropiado para el enterramiento de sus seres queridos fallecidos según el ritual islámico: en tierra, con el cuerpo envuelto en una tela blanca y orientados hacia La Meca, por el lugar donde sale el sol en León. «Hemos venido para trabajar, para contribuir al desarrollo de León y también para participar en todos los ámbitos de la vida ciudadana», argumenta Said Ezzkari para añadir que «muchos deseamos vivir para siempre en esta ciudad, pedir la nacionalidad española, criar a nuestros hijos que serán (algunos ya lo son) leoneses desde su nacimiento». El presidente de la Asociación Socio-Cultural para la Integración de Inmigrantes de León Ibn Khaldun sostiene que la «plena integración» lleva implícita, entre otras cosas, también «la muerte y la memoria de los difuntos». Para este colectivo, «la muerte, como última fase de la vida, forma también parte del proceso de integración de la población inmigrante y por ello las autoridades públicas deben tener en cuenta las necesidades de sus ciudadanos musulmanes», explican. La concejala de Inmigración y representante municipal en la Mancomunidad de Servicios Funerarios de León (Serfunle), Teresa Gutiérrez, admite que «todas las personas tienen derecho a un enterramiento digno conforme a sus creencias», por lo que la petición de Ibn Khaldun ha sido sometida a estudio en el consistorio. En Bembibre, municipio que cuenta con la comunidad pakistaní más numerosa y antigua de la provincia, no ha tenido que plantearse una solución específica para los enterramientos de personas que profesan la religión islámica. «Hay algún pakistaní que ha fallecido y está enterrado en nicho, pero las asociaciones nunca nos han solicitado un espacio específico y tampoco tenemos constancia de que haya habido traslados de féretros», aclara la concejala Nancy Prada. La asociación Ibn Khaldun se queja de que actualmente «para ser enterrado conforme a los preceptos islámicos hay que repatriar los cuerpos de los fallecidos a sus países de origen». Esta circunstancia no sólo resulta gravosa, ya que el traslado a Marruecos puede costar más de 4.000 euros, sino también emocionalmente «dura para quienes hemos decidido echar raíces en León». Youness Bouiahadj, un ciudadano leonés de origen marroquí, relata la penosa experiencia que vivió con su hermano en Valladolid, que murió sin que ningún familiar pudiera ocuparse de sus pompas fúnebres pese a tener la documentación en el momento del fallecimiento: «Tuve que reclamar para conseguir sacar a mi hermano de la sepultura en la que le habían enterrado y trasladarse al cementerio musulmán de Madrid. Primero me dijeron que no se podía desenterrar el cuerpo durante dos años, pero lo denuncié y a los dos días lo trasladé», relata al enfatizar la importancia que tiene cumplir el rito para las personas de creencias islámicas. Además, explica la asociación leonesa, «más allá de nuestro proceso de integración, el hecho de escoger el lugar de acogida como lugar de inhumación creemos que también refleja procesos más complejos de identificación personal y de pertenencia a un grupo». Y es que como señala el escrito que han dirigido al alcalde, Francisco Fernández, «queremos ser leoneses en la vida y en la muerte, reposar aquí y ser recordados como parte de esta tierra». DE SUR A NORTE La mayor presencia de la emigración islámica en el sur de España ha hecho que sean las provincias de esta zona, después de Madrid, las pioneras en habilitar espacios en los cementerios para el rito musulmán. Albacete, Valencia, Granada, Jerez, Badajoz, Mallorca, son algunas de las provincias donde se han autorizado o se negocia su cesión. Pero también en el norte se han tomado iniciativas en el mismo sentido, especialmente en el País Vasco. Durante el 2006, el Ministerio de Justicia y la Federación Española de Municipios y Provincias organizaron unas jornadas para sensibilizar a los municipios sobre la necesidad de ser abiertos con esta demanda de la comunidad islámica.