Funerales sin credo buscan sitio

Nuestras vidas son los ríos / que van a dar a la mar, que es el morir , escribió Jorge Manrique en Odas a la muerte de mi padre . A Antonio Machado le gustó tanto el poema que lo homenajeó con otro propio. A algún concejal de Bembibre le pareció el más adecuado para una despedida laica de un ser querido y lo mandó colgar en la pared de la que será una de las primeras salas para ceremonias civiles con cuenten cementerios y tanatorios leoneses. Y es que cada vez son más las personas que muestran su última voluntad de no ser enterradas bajo rituales religiosos, pero es difícil que cuenten con el espacio idóneo para realizar una celebración digna. El Ayuntamiento de Bembibre es uno de los primeros de la provincia que contará con una sala para funerales civiles, aunque su nombre, Oratorio, guarda aún connotaciones religiosas. El municipio berciano ultima el acondicionamiento de una antigua capilla abandonada para convertirla en un espacio que dé «cobijo e intimidad» a ceremonias civiles, según señala la concejala de área, Nancy Prada. Para subrayar el carácter laico de la sala, en la decoración se han incluido además de bancos y sillas una serie de cuadros que recogen poemas de diversos autores, desde Federico García Lorca a Antonio Machado y otros. «Cada concejal ha seleccionado a su poeta favorito», cuenta la concejala. Los funerales civiles son una tendencia en alza que el sector funerario estudia como «mercado» de futuro. En grandes ciudades como Barcelona y Madrid estas prácticas laicas para despedir a los seres queridos suponen entre el diez y el veinte por ciento del total, una cifra aún testimonial pero que se cree irá en alza con el paso del tiempo. La realización de funerales civiles nace de la necesidad de ofrecer una ceremonia digna y personal a aquellos ciudadanos y ciudadanas que han escogido vivir sin la religión, acorde con la manera como el difunto o difunta concebía la vida», argumenta la ordenanza municipal para la autorización y celebración de funerales civiles en el Ayuntamiento de Puente la Reina. Este municipio navarro, de poco más de 2.500 habitantes, ha sido uno de los últimos en aprobar un reglamento para los funerales civiles, a finales del 2007. Con la ordenanza regula el uso de la sala del Vínculo en dicho municipio previa petición al ayuntamiento. Pero otros municipios, de mayor entidad demográfica le han precedido. Es el caso de Gijón, donde celebración de funerales civiles se multiplicó por cuatro en siete años en el tanatorio de Cabueñes, que cuenta con una sala específica desde el año 2000. El tanatorio de León, que fue inaugurado en este mismo año, no cuenta, en cambio, con ningún espacio para este tipo de ceremonias civiles, ni tampoco el cementerio, aunque por ser de titularidad municipal se trata de un cementerio civil. En el tanatario de Eras de Renueva existe una capilla que puntualmente es utilizada también para ceremonias civiles con los crucifijos cubiertos por una tela. En Ponferrada tampoco se dispone de ninguna sala específica. Algún funeral civil ha sido oficiado por los familiares dentro de las salas destinadas al velatorio, en circunstancias verdaderamente incómodas ya que el espacio es bastante limitado y a duras penas es suficiente para acoger a los familiares más allegados. Esta costumbre está más arraigada en otros países europeos, como Francia y Holanda, pero no así en España y menos aún en las zonas rurales, donde están muy arraigados la devoción católica y los ritos católicos. Actualmente todas las cabeceras de comarca y muchos pueblos disponen de tanatorios que sustituyen a los tradicionales velatorios en casa de tiempos pasados.