Diario de León

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Los bancos prefieren otra vez captar fondos en vez de dar créditos

La crisis financiera mundial y sus repercusiones en España pone en entredicho la liquidez de no pocas entidades del sector, que antes daban prioridad a las hipotecas y ahora al ahorro

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A. Núñez - león
León

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Un antiguo director general de Caja España, Angel Montero, ya fallecido, cada vez que presentaba el balance de resultados de fin de año, explicaba a los periodistas en qué consistía el negocio bancario con una frase sin vuelta de hoja: «comprar el dinero barato, venderlo caro y hacer recados». Lo primero era dar al paisano de la cartilla un 1% de rédito por los ahorros, lo segundo cobrar al que pidiera un crédito no menos del 4% de interés y lo tercero aplicar veinte duros o más a la domicicliazación de cada recibo de la luz, del agua o del colegio de los niños. Vistas así las cuentas, añadía que siempre le cuadraban. El problema de la crisis financiera actual, subidas del petróleo y caídas de las bolsas mundiales aparte, es que con la burbuja inmobiliaria casi nadie tiene dinero barato que meter en el banco, menos naturalmente los constructores que se han salido del negocio y han diversificado riesgos a tiempo, mientras que la inmensa mayoría del país anda entrampado hasta las cejas en hipotecas cuyos tipos de interés se han duplicado en tres años con la incógnita de lo que pueda pasar dentro de treinta, cuando el piso sea suyo. Oficialmente ninguna autoridad monetaria lo reconoce, pero de forma oficiosa cualquier periódico, emisora de radio o de televisión informa a diario de que bancos y cajas de ahorros tienen problemas de liquidez, hasta tal punto de que ya ni siquiera se prestan dinero unos a otros, ni a interés preferente ni a ninguno. Recurrir a fondos de inversión estranjeros también está crudo, porque, a mayores de que en Estados Unidos y la UE, pasa lo mismo, todos están avisados de que la crisis española puede ser aún peor que la suya. En estas circunstancias la captación a cualquier precio de recursos financieros de clientes particulares, ofertando altas rentabilidades que les eviten la molestia de invertir en nuevas empresas se traduce en una carrera de ofertas, que para los depósitos a plazo fijo raramente bajan ya del 5%, con réditos pagaderos incluso por trimestres. Inflación aparte, hacía una década que no se pagaban intereses tan elevados a los ahorradores y, menos aún, que se anunciaran con un espliegue publicitario como el de ahora. Los bancos desconfían unos de otros a la hora de prestarse dinero entre ellos por problemas de liquidez Se recurre a los depósitos a plazo para captar el ahorro de los particulares, porque en el exterior tampoco hay fondos

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