El problema amenaza la placidez interna
El PSOE reclama unidad a sus barones sobre la financiación autonómica
Zapatero promete que el nuevo modelo se centrará en la suficiencia y la cohesión
La reforma de la financiación autonómica amenaza la aparente placidez del PSOE. El debate aún no ha arrancado en un sentido estricto, pero José Luis Rodríguez Zapatero, ante la diversidad de criterios de los suyos, se vio ayer obligado a pedir unidad de mensaje. El presidente del Gobierno quiere diseñar una estrategia común antes de que las desavenencias que ya han empezado a aflorar entre los distintos líderes regionales deriven en un conflicto público en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Su intención -según anunció en el comité federal en el que se convocó el próximo congreso del partido- es abrir un debate interno para acordar la posición del partido. En una etapa dulce para el partido gubernamental -que ve cómo el resto de formaciones se convulsionan con sus crisis- sólo el debate del agua y el reparto de recursos económicos han provocado roces y disonancias. La mera disposición del Gobierno a hacer públicas las balanzas fiscales y explicar qué aporta cada comunidad autónoma al conjunto y qué recibe a cambio del Estado soliviantó a los socialistas andaluces, a los gallegos y a los extremeños. Fue precisamente un hombre de Extremadura, Francisco Fuentes, quien puso ayer sobre la mesa la cuestión y reclamó que esos cálculos económicos no se empleen como criterio para la reforma de la financiación. La petición fue recogida por Zapatero. Pero ni el secretario general ni el resto de los dirigentes del partido dedicaron mucho tiempo a comentarla. No en vano, el de este sábado fue el comité federal más breve de cuantos ha celebrado el PSOE en los últimos meses; apenas duró dos horas, y sólo hubo cinco intervenciones, aparte de la del propio jefe del Ejecutivo, sobre cuestiones como la financiación municipal. Conforme al testimonio de el secretario de Organización, José Blanco, el líder socialista garantizó que el nuevo modelo responderá a los principios de corresponsabilidad, suficiencia financiera y cohesión. Unos criterios que se repiten una y otra vez desde la apertura de este debate, allá por 1993. La batalla no será sencilla. Comunidades de distinto signo como Cataluña, Valencia, Baleares y Madrid son las únicas con balance fiscal negativo. Y en las últimas semanas sus gobernantes han dado muestras de estar dispuestas a coaligarse para ejercer como grupo de presión, sin diferencias de color, en las futuras negociaciones.