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Acumula más responsabilidad y poder que ninguno de sus predecesores en el cargo

De la Vega asume las políticas clave en el arranque de legislatura

Refuerza su poder con inmigración, política autonómica, igualdad y cambio climático

Fernández de la Vega, en su comparecencia tras el Consejo de Ministros

Publicado por
Paula de Las Heras - madrid
León

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La nueva estructura del Gobierno descansará sobre un puntal: María Teresa Fernández de la Vega. La vicepresidenta primera acumula ya en sus manos más poder y responsabilidad que ninguno de sus predecesores en el cargo. Ni siquiera Alfonso Guerra dispuso de tanto control institucional. José Luis Rodríguez Zapatero dijo que haría un Ejecutivo más funcional y este viernes el Consejo de Ministros aprobó un nuevo esquema de trabajo que hará depender de su número dos cinco áreas gubernamentales básicas para los objetivos de la legislatura: inmigración, cambio climático, igualdad, cooperación al desarrollo y política autonómica. La función coordinadora de la vicepresidenta primera no es nueva. Le va en el puesto, por ley, presidir la comisión de subsecretarios que cada miércoles prepara los Consejos de los viernes, y garantizar que todos los departamentos funcionen de manera engrasada y no haya choques allá donde las competencias están compartidas y las fronteras son poco claras. En la pasada legislatura tuvo que mediar en varias ocasiones entre el ex ministro de Defensa, José Bono, y el de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos; ponerse al frente de la actuación en el incendio de Guadalajara, o lidiar con la crisis migratoria en el verano de 2006. Lo que durante cuatro años estuvo haciendo de facto, casi entre bambalinas, tiene ahora un reconocimiento oficial y explícito. Poco a poco, la que fuera número dos de Jesús Caldera en la dirección del grupo parlamentario socialista, aún en la oposición, ha logrado ocupar un espacio que parecía predestinado a su entonces jefe. Todo sin estar siquiera afiliada al partido. Para esta legislatura, Rodríguez Zapatero ha decidido contar con ocho comisiones delegadas del Gobierno, cuatro de ellas son de nueva creación y, por supuesto, estarán presididas por la vicepresidenta que antes sólo se ocupaba de dos. Es el caso de la comisión delegada para política de igualdad. María Teresa Fernández de la Vega siempre ha controlado muy de cerca la aplicación de la ley contra la violencia de género y, de hecho, celebraba reuniones con las asociaciones y colectivos implicados de manera periódica. Ahora sus responsabilidades van más allá porque no sólo tendrá que hacer frente al lado oscuro de este área, también tendrá que ocuparse de coordinar la actuación de distintos ministerios para hacer «política positiva».