Los manifestantes exigieron la dimisión del consejero de Medio Ambiente y del Ejecutivo catalán
La oposición al minitrasvase del Ebro reúne en Amposta a miles de personas
Más de 150 entidades reclaman que se decida paralizar la interconexión de redes
Unas 30.000 personas se manifestaron ayer en Amposta (Tarragona) contra el trasvase de agua del Ebro al área metropolitana de Barcelona, según la Plataforma en Defensa del Ebro, organizadora de la protesta. Una cifra que la Guardia Urbana rebajó a 8.000 manifestantes, procedentes en su mayoría de las Tierras del Ebro pero también de Aragón, Comunidad Valenciana e incluso del área metropolitana de Barcelona. Bajo el lema central «Los trasvases no son la solución», Amposta volvió a convertirse en epicentro del rechazo a las alteraciones del caudal del Ebro, después que en el año 2000 acogiese la primera gran manifestación contra el Plan Hidrológico Nacional del PP, que reunió a más de 20.000 personas. La de ayer fue más multitudinaria que la de entonces. Más de 150 entidades y partidos políticos de Cataluña y Aragón participaron en la manifestación, entre ellos representantes territoriales de ICV y ERC en las poblaciones tarraconenses, que optaron sin embargo por no lucir distintivos de sus formaciones. Minitrasvase Aunque no estuvieron presentes los dirigentes de Iniciativa y Esquerra, que como socios del Gobierno catalán aprobaron el minitrasvase, estos partidos sí dejaron libertad a sus militantes para participar en la protesta. «Tierras del Ebro: la Cataluña engañada» fue el segundo lema de la marcha, en referencia a que en el sur de Cataluña abunda la impresión de que los miembros del tripartito faltaron a su promesa electoral de que el agua del Ebro no se toca. Detrás de estas consignas, agricultores, políticos y gente anónima intentaron presionar a los Gobiernos catalán y español para que paralicen el proyecto de construir una cañería que lleve el agua del Ebro al área metropolitana de Barcelona. Entre los manifestantes, cundía también la indignación porque las obras continúen en marcha después de las últimas lluvias, que han mejorado ligeramente el nivel de las cuencas internas catalanas. Conocidos eslóganes como «El río es vida, no al trasvase» se combinaron con peticiones de dimisión para el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, e incluso para todo el Ejecutivo catalán. En la manifestación dominaba el azul de las camisetas con el nudo antitrasvasista, convertido en símbolo cuando la zona capitalizó las protestas contra el Plan Hidrológico Nacional. Entre los manifestantes, destacó la presencia de ICV y de representantes de ERC, como Uriel Bertran, Jaume Renyer y la diputada en el Parlament y ex consejera Marta Cid. Esta última aprovechó para recordar que ERC es «un partido antitrasvasista» y que es conveniente «replantear» las situaciones de excepcionalidad «cuando está lloviendo a cántaros en las cabeceras de los ríos». Con sus declaraciones, Cid aludía a la determinación de la Generalitat de mantener las restricciones y el nivel de excepcionalidad 2 por sequía pese a las últimas lluvias, que llevaron a un aumento de las reservas que en principio hacía salir automáticamente de esta excepcionalidad. No obstante, el Ejecutivo catalán se reunió de urgencia el pasado jueves por la tarde para modificar el decreto.