Diario de León

Aznar se muestra «profundamente disgustado» por la salida de Ortega Lara y María San Gil

Rajoy ignora el temporal e insiste en que le respalda la mayoría del PP

Aguirre cree que la dirección del partido está actuando «mal, si no muy mal»

Ortega Lara era militante desde 1987 y estuvo secuestrado 532 días por ETA

Ortega Lara era militante desde 1987 y estuvo secuestrado 532 días por ETA

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Ramón Gorriarán - madrid
León

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La retirada de María San Gil sumió al PP en un estado de abatimiento y confusión total. La puntilla, además, vino de la mano de José Antonio Ortega Lara, quien pidió su baja en el partido. «Tragedia», clamaban los dirigentes populares al valorar la situación, si bien algunos aprovecharon para disparar por elevación contra Mariano Rajoy. Esperanza Aguirre, por ejemplo, afirmó que «se está haciendo no mal, sino muy mal» en la dirección del PP, mientras que José María Aznar declaró estar «profundamente disgustado» por la deriva de los acontecimientos en su partido. Mientras que el líder de los populares se mantuvo ajeno a estas críticas y ratificó que se presentará al congreso porque tiene el apoyo de la mayoría del partido. La presidenta del PP vasco volvió a hablar este jueves con Rajoy. Pero fue una formalidad para informar al líder del partido de los resultados de la reunión que mantuvo con los presidentes provinciales, en la que San Gil se comprometió a intentar «conducir de la mejor manera posible» a los populares vascos hasta el congreso regional de julio y llevar a cabo «una transición ordenada y tranquila». Unas tranquilizadoras palabras que no apagaron el incendio desatado por su decisión de abandonar la dirección del partido en Euskadi y su escaño autonómico a partir de julio. En el orfeón de dirigentes preocupados por la situación, la voz más significativa, sin duda, fue la de José María Aznar, quien nada más regresar de un viaje a Perú se mostró «profundamente disgustado» tras conocer las decisiones de San Gil y Ortega Lara. Fuentes de Faes, la fundación que dirige el ex presidente del Gobierno, informaron que Aznar ha enviado a ambos «mensajes manifestando su afecto y apoyo personal». El malestar del ex mandatario se sumó al que había expresado pocas horas antes su esposa, Ana Botella, quien no dudó en reconocer que el PP atraviesa una etapa «sin duda de crisis» y reclamó a los máximos dirigentes del partido que vuelvan a «tomar el rumbo». Botella evitó decir si mantenía la confianza en el líder de la oposición, pero se declaró «triste y preocupada» por la retirada de San Gil al tiempo que lamentó que en el PP «llevamos bastante tiempo mirándonos a nosotros mismos, cuando en el país están ocurriendo cosas importantes». Con todo, la más expeditiva en la crítica fue Esperanza Aguirre, que, rotunda y sin pelos en la lengua, afirmó que «algo se está haciendo no mal, sino muy mal en la dirección nacional del PP». En tono serio y sin las bromas habituales, señaló que la retirada de San Gil y la baja de Ortega Lara «son dos muy malas noticias». Fue el colofón a una avalancha de comentarios críticos con la forma de manejar la crisis por parte del líder opositor y su equipo. Forzada Su vicepresidente y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, también tiró con bala y dio por sentado que la líder del PP vasco fue «forzada» a tomar su drástica decisión, que es «un paso más en la malísima dirección» que enfiló el partido desde la derrota en las elecciones del 9 de marzo. El portavoz de Asuntos Exteriores, Gustavo de Arístegui, a su vez, apuntó que Rajoy «se está equivocando profundamente» en la gestión de la crisis, y alertó de que esta situación podría «derivar en otro tipo de crisis» más grave de índole ideológica y política.

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