La Expo rediseña su espectáculo inaugural aunque la crecida del Ebro será menor de lo esperado
«Esto no había pasado por estas fechas en los últimos cien años y tenía que pasar a diez días de la Expo». El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, lamentaba ayer resignado que el temperamental río Ebro haya «querido ser protagonista» de la muestra. Los responsables de Expoagua, la sociedad organizadora, consideraban «prácticamente descartado» el montaje Iceberg, un espectáculo en el cauce mismo del río, para la apertura de la Expo a últimas horas del viernes día 13 y rediseñan el acto con un plan B, que previsiblemente derivará toda la ceremonia al Palacio de Congresos de Zaragoza. «Tampoco pasa nada porque se recupere el Iceberg unos días más adelante», señaló Belloch. Se trata más bien de un ejercicio de prudencia porque la crecida del Ebro a su paso por Zaragoza no alcanzará los peores niveles previstos. La punta de la avenida llegará hoy con un máximo de 1.900 metros cúbicos por segundo y una altura de 4,7 metros, por debajo de las expectativas iniciales de entre 2.000 y 2.200 metros cúbicos. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, considera que la riada está «controlada» si como parece las lluvias se alejan. En rueda de prensa aseguró que las precauciones adoptadas por Expoagua «pecan de muy prudentes», aunque ante un acontecimiento de esta envergadura, «más vale pecar de exceso de prudencia que no de falta de ella». La crecida del Ebro por Zaragoza será menor que la registrada el año pasado, pero centenares de viandantes se detenían ayer en los puentes y en los pretiles del paseo fluvial para contemplar las aguas embravecidas del río, de un violento tono marrón por la cantidad de tierra arrastrada a su paso. Mientras, en el meandro de Ranillas, emplazamiento de la Expo, se aseguraban todavía ayer algunos sacos terreros y otras medidas de contención del agua, que no obstante llegó a entrar en el edificio del anfiteatro, aunque sin alcanzar el escenario. El edificio destinado a las iniciativas ciudadanas, conocido como el Faro y construido con barro y con otros materiales que se reciclarán al término de la muestra, estaba protegido hasta medio metro de altura. Conocido como «el botijo», por su forma panzuda, el Faro ha sido construido deliberadamente en terreno inundable. Mayo lluvioso Los registros históricos confirmaron ayer lo que el saber popular ya presentía, el mes de mayo ha sido uno de los más lluviosos de las últimas décadas en varias regiones del país, de forma especial en el cuadrante nororiental de la península. La estación meteorológica del Observatorio del Ebro, en Roquetas (Tarragona) ha registrado el mayo más pluvioso desde 1880. La precipitación acumulada el mes pasado fue de 229,3 litros por metro cuadrado. Los otros tres años con más agua por estas fechas fueron 2002, 1957 y 1921. El registro máximo fue el del 10 de mayo, 71,5 litros por metros cuadrado. Llovió 20 días del mes. En el conjunto de todo el país, este mayo fue el tercero más lluvioso desde 1940, con 115 litros por metro cuadrado de media nacional, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En medio de este panorama, las reservas hídricas del país rozan casi el 60% de su capacidad total, un 0,9% más que hace una semana. Las lluvias de estos últimos siete días han supuesto un aporte de 1.500 hectómetros cúbicos.