Rajoy intenta maquillar la crisis exhibiendo su labor parlamentaria

Mariano Rajoy se aferró a la labor parlamentaria del PP para desviar la atención de la crisis interna del partido y responder a sus críticos que en la última reunión del comité ejecutivo reprocharon su dedicación a la campaña interna para recabar apoyos para el congreso y desatender la labor opositora. El líder opositor subrayó en Jerez de la Frontera que «las únicas» iniciativas que llegan al Congreso son las de los populares porque el Gobierno atraviesa «un parón legislativo» que acabará por afectar a la economía de las familias. Se reafirmó, además, en una de sus ideas fuerza de las últimas semanas: los principios son inmutables, pero el PP tiene que adaptarse a las nuevas situaciones para alcanzar los 12 millones de votos. El presidente del PP prosiguió en Jerez de la Frontera su peregrinación en pos de avales y apoyos para el próximo cónclave valenciano. Ante la dirección de los populares de Cádiz defendió su tesis de mismos principios, mismas ideas, pero con reformas que atraigan a nuevos electores. Rajoy ratificó su intención de conservar «las ideas» y «principios» del partido, en un momento en el que el sector crítico duda abiertamente de su capacidad. El líder popular, junto con el presidente de la formación en Andalucía, Javier Arenas, uno de sus más importantes apoyos dentro del partido, buscó ampliar el respaldo de los compromisarios de esta comunidad que constituyen un importante nicho de avales, cerca de medio millar. Desde el principio, los andaluces han cerrado filas en torno a su liderazgo. Por eso, reafirmó su «compromiso» con el PP de Andalucía y agradeció el «apoyo» mostrado en todo momento, hasta el punto de protagonizar un enfrentamiento público con los populares madrileños debido a la postura adoptada por Esperanza Aguirre. Rajoy garantizó que «nadie se va a arrepentir de darme el aval y nadie se va a arrepentir de votarme en el próximo Congreso». Apeló incluso al tono solemne: «prometo que voy a estar a la altura de las circunstancias». Desgranó su proyecto de futuro en la que comienza a ser la recta final de esta campaña interna para revalidar su liderazgo y subrayó que su objetivo primordial es sumar dos millones más de votantes a los diez obtenidos en las últimas elecciones generales. Para ello, mostró su intención de continuar defendiendo el programa popular aunque reconoció que para atraer a esos nuevos votantes «hay que cambiar algunas cosas», pero «manteniendo los mismos principios». «El partido -insistió- tiene que dialogar con todos y estar mucho más cerca de la gente» ya que «hay que adaptarse a la vida y a la realidad que cambia». Por su parte el presidente del PP-A, Javier Arenas, no dejó lugar a dudas sobre el respaldo de los andaluces a Mariano Rajoy en su carrera por la revalidación. «Estamos con el proyecto nacional, integrador y de ilusión» que representa Rajoy. Por su parte, el secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, aseguró ayer que para él sería una «enorme satisfacción» la presencia del consejero madrileño de Transportes e Infraestructuras, Manuel Lamela, en la nueva dirección nacional de su partido. El dirigente popular y consejero de Presidencia de Madrid se pronunciaba así sobre la noticia que publicó ayer una diario nacional, según la cual Mariano Rajoy, planea fichar a Lamela y restar apoyos a la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre. «Nadie se va a arrepentir de darme el aval y nadie se va a arrepentir de votarme en el Congreso» MARIANO RAJOY Presidente del PP