| Reportaje | Visita ilustre y multitudinaria |
«Si viviera aquí, vendría mucho más»
El presidente del Gobierno, maravillado por el edificio, y su esposa, muy interesada en las obras expuestas, pasearon por el Musac guiados por su director, Rafael Doctor
La primera visita del presidente del Gobierno al museo que ya compite con la Catedral en simbolizar la capital del Viejo Reino fue masiva en cuanto al cortejo de autoridades y muy seguida también desde las aceras. José Luis Rodríguez Zapatero y su esposa, Sonsoles Espinosa, arribaron al Musac poco después de las 19.30 tras la llegada del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, y de los consejeros de Cultura, María José Salgueiro, y Fomento, Antonio Silván. Acompañados por el delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo; el subdelegado en León, Francisco Álvarez; y el delegado de la Junta en León, Eduardo Fernández, la pareja se acercó al museo junto al mejor cicerone para conocerlo a fondo, su director, Rafael Doctor Roncero. Objetivo de un extraordinario despliegue de cámaras, entre las que se encontraba la del conocido programa Caiga quien caiga , el presidente Zapatero fue recibido en el hall del Musac por un grupo de participantes en el ciclo de cine para mayores de sesenta, quienes le saludaron muy afectuosamente. A continuación visitó la Biblioteca y Centro de Documentación y se encaminó hacia las salas. Junto a una gran ceja A pesar de que en un principio sólo iban a visitar dos salas, las dedicadas a la obra de las españolas Carmela García y Ana Laura Aláez, la comitiva acabó por recorrer todas las exposiciones aunque en un tiempo récord, algo más de media hora. Un momento simpático se produjo cuando el presidente se acercó a una escultura de Aláez que representa una gran ceja. También se detuvieron un buen rato a observar las muy personales fotografías de Carmela García que retratan a conocidas actrices, y como no podía ser de otra manera, también ante las impactantes imágenes de Hedi Slimane. El paseo por la sala dedicada a Dominique González Foerster, Nocturama , y el vistazo al Laboratorio 987 pusieron el punto y final al recorrido presidencial. O casi, porque lo último fue fotografiarse con el equipo de trabajadores del Musac, a quienes confió que el museo le había gustado mucho y que le gustaría acudir a él más a menudo, aunque no podía hacerlo por razones obvias. La pareja se llevó de recuerdo el libro del edificio, los dos volúmenes de la Colección Musac y tres catálogos de las exposiciones actuales. Mientras una parte de los curiosos se acercaron en silencio a los alrededores del centro, alrededor de medio centenar de personas de colectivos leonesistas corearon sin cesar gritos a favor de la autonomía para León y de la creación de la Facultad de Medicina y contra el «presidente castellano», Herrera.