Partidos, sindicatos y asociaciones de prensa critican el intento de acabar con la libertad de expresión
Gobierno y partidos vascos excepto la izquierda radical condenaron el atentado, que consideraron como un ataque a la libertad de expresión. El Gobierno vasco señaló que ETA pretende «silenciar la labor de los periodistas que se encargan de dar a conocer de una forma veraz el pluralismo de las ideas» y demuestra con el atentado que «tiene miedo a saber qué es lo que piensa la sociedad de la violencia sin sentido». El delegado del Gobierno demandó la «desaparición incondicional» de la banda que «no obtendrá ninguno de sus fines». El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, criticó que ETA «vuelve a intentar secuestrar la voluntad y deseo de autogobierno del Pueblo Vasco». Por eso pidió «un alto el fuego definitivo para que ni ETA pueda practicar el derecho de veto de la capacidad de hacer política en este país ni otros se puedan valer de la excusa de la existencia de ETA para aplicar un veto al ejercicio de la política».