No hay manera

No hay manera de que el presidente del Gobierno diga en el Parlamento lo que Mariano Rajoy intenta desde hace tres semanas que diga: que hay crisis económica; ayer sólo consiguió en el pleno del Congreso que Zapatero admita una «desaceleración fuerte». Tampoco logra que el Gobierno reconozca que está inactivo la portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, quien un miércoles más, tras su debate con la vicepresidenta De la Vega, ha recibido de los diputados del PP una ovación mucho más entusiasta que la dedicada al propio Rajoy. Con los camioneros en pie de huelga y el buitre del desabastecimiento sobrevolando el hemiciclo, la economía dominaba ayer la sesión de control, que sigue viviendo, semana tras semana, de los mismos argumentos de la oposición lanzados contra el mismo frontón del Gobierno. Animan al PP los malos datos económicos, y ayer tocaba un alza del IPC desconocido desde 1995. En su tercera pregunta semanal consecutiva sobre el mismo asunto, el líder del PP ha utilizado el dato en favor de su conocido axioma: La crisis existe y el Gobierno no hace nada. Zapatero le ha recordado el paquete de medidas económicas aprobadas en el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno y ha vuelto a exhibir el valor de la paga de 400 euros. «Usted lleva mucho tiempo negando la enfermedad y por tanto no aplica terapia alguna», le ha objetado Rajoy. El cara a cara de Sáenz de Santamaría y De la Vega ha versado sobre la acción y la inacción. Sólo le ha faltado a la portavoz del PP acusar de vagancia al Ejecutivo, convencida como está de que no ha hecho «absolutamente nada». Tras negar la mayor, De la Vega le ha puntualizado que los ciudadanos votaron este Gobierno.