Herencia del «gilismo marbellí»
Pedro López Fernández, militante socialista y presunto cerebro de la red, es conocido como el cobrador del frac en círculos empresariales y policiales. Fue él, según la hipótesis de trabajo de la Fiscalía, quien importó el modelo de corrupción gilista desde Marbella. Los investigadores dicen tener «multitud de pruebas» de que López Fernández mantenía estrechas relaciones con el cerebro de la operación Malaya, Juan Antonio Roca, que le consideraba su hombre de confianza en el vecino consistorio de Estepona. Los pinchazos y los seguimientos al coche de López Fernández, un aparatoso Jaguar, en las semanas posteriores a la operación Malaya fueron los que a finales de 2006 destaparon la existencia de una red de corruptelas en Estepona, casi de las mismas dimensiones que las que existía en el ayuntamiento marbellí.