Se veía venir desde arriba

Todo empezó con el globo de la burbuja inmobiliaria, siguió con el gasóleo de la calefacción, el de coche casero y para taxistas y transportistas el de la herramienta de trabajo. Al final no hay dinero para nadie. En la patronal leonesa Fele se lavan las manos y dicen que las quiebras que derivan hacia el Fogasa no son asunto suyo y en el Cel, con ser menos, se lo tomán más en serio. Aproximadamente un terciio de los afiliados a las patronales son pequeños empresarios, a veces con un número de trabajadores que se cuentan con los dedos de una mano, pero demandan asesoramiento, formación para sus trabajadores y ayudas de todo tipo. También para defenderse de las suspensiones de pagos cuando llegan malos tiempos, sin que nadie tenga la culpa. Según el gerente del Cel, Miguel Angel González, «estamos en una situación complicada, porque es frecuente que, cuando hay suspensión de pagos y la cosa deriva en el Fogasa, vayan a por tu propio patrimonio personal, sobretodo si tienes una sociedad limitada o eres autónomo». No lo pasan peor los parados, según González, que deben hacer frente al propio mantenimiento de sus familias. Cuando se trata de inmigrantes, que suponen un tercio de la población asalariada en la construcción, el problema se complica aún más. En el paro local el que más y el que menos tiene el apoyo de las familias a modo de colchón, pero para los cuatro millones de extranjeros que han llegado a España en los últimos años la cama es de lo más duro y puede generar problemas de orden social «si no se toman medidas radicales». Sobre cuáles puedan ser éstas nadie se pone de acuerdo, aunque el Gobierno ensaya indemnizaciones para devolver a casa a los inmigrantes en paro y cerrar la puerta a los que intentan entrar. A buenas horas. Otra fórmula que quiere ensayarse es la del economista americano John Kenneth Galbraith, según el cual, cuando falla el ladrillo por arriba, lo mejor para crear empleo es asfaltar carreteras a lo horizontal. El problema es que las carreteras ya no dan trabajo, sino huelgas -que les pregunten a los camioneros- y no es como cuando antaño los paises funcionaban a pico y pala. Con la maquinaria de ahora se quedan todo el sueldo las Koplowits.