Reclaman a su gobierno negociaciones firmes con las FARC, pero sin concesiones inasumibles
Palabras para acallar las armas
León cuenta con más de 2.800 inmigrantes colombianos, afanados ayer en buscar noticias sobre las liberaciones en medios de su país; su apuesta es el diálo
Los primeros inmigrantes colombianos llegaron a León hace ahora diez años. Actualmente, la comunidad de este país hispanoamericano suma más de 2.800 personas, la mayoría empleados en el sector de la construcción, la limpieza del hogar y el cuidado de ancianos o discapacitados. Ayer, en la sede la Asociación de Amigos de Colombia -en el barrio del Ejido- sus socios se afanaban en recopilar información de los periódicos y las emisoras de radio de su país para conocer cómo era difundida la noticia de la liberación de Ingrid Betancourt. «Nos alegramos mucho cada vez que las FARC sueltan a alguien, no sólo porque en este caso se trate de Ingrid, siempre, y también por los otros liberados», asegura Jenny Botero, una de las voluntarias que atiende la sede. La asociación, creada en León hace cuatro años, forma parte de la red mundial que integra a colombianos en el extranjero llamada MIRA. Botero explica que sus compatriotas aman mucho a su país y sus símbolos patrios. «Siempre tomamos parte en la política de forma muy activa». En este sentido, asegura que su colectivo (MIRA) apuesta por una salida pacífica al conflicto del Gobierno colombiano con las FARC. «Queremos una negociación con firmeza, con reglas y límites de acción pero tampoco hacer concesiones que sean inasumibles», manifiesta esta colombiana empleada hogar, quien también resalta el carácter familiar de todas las actividades organizadas desde esta asociación. «Creemos que la paz nace del núcleo familiar y eso es lo que pretendemos impulsar». Los jueves y domingos son las reuniones para planificar las actividades. momentos de convivencia como partidos de fútbol, bingos o actos conmemorativos, como el celebrado en el Día de la Mujer . La mayor parte de los colombianos que residen en León proceden de la costa pacífica, del Departamento del Valle, sobre todo, de la ciudad de Buenaventura, el segundo puerto más importante del país tras el de Barranquilla. «Siempre nos alegramos cuando liberan secuestrados, no sólo ahora con Ingrid» JENNY BOTERO Empleada de hogar