Los informes psicológicos y forenses de las víctimas cerrarán la investigación judicial sobre la reincidencia de Andrés Mayo
El juez quiere procesar al violador del chándal por nueve agresiones sexuales
El acusado lleva un año en prisión preventiva y será juzgado por la Audiencia de La Coruña
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Coruña pretende que Andrés Mayo, conocido como el violador del chándal, sea procesado por nueve agresiones sexuales cometidas en la citada ciudad gallega entre los años 2006 y 2007. Mayo lleva casi un año en prisión preventiva, después de que en agosto del año pasado fuera detenido por la Policía Nacional como presunto autor, en aquel momento, de tres delitos sexuales. Su arresto se producía cuatro años y nueve meses después de que este violador en serie fuese excarcelado tras haber cumplido 12 de los 106 años a los que había sido condenado por cuatro violaciones y siete tentativas perpetradas en León y Asturias entre 1989 y 1990, lo que despertó «la indignación» y «la desesperación» de sus primeras víctimas. Este periódico ha podido confirmar que la investigación policial en torno a los delitos sexuales cometidos presuntamente por Andrés Mayo en Galicia ya se ha dado por cerrada. A las largas y complejas pesquisas desarrolladas por los agentes policiales se deben sumar ahora informes periciales que completen la instrucción judicial, caso de los informes forenses sobre las víctimas realizados por el Instituto de Medicina Legal de Galicia y de las valoraciones de los psicólogos. Base del auto de procesamiento El magistrado encargado de la investigación ha decidido basar su auto de procesamiento en los nueve escritos de denuncia tramitados por otras tantas mujeres que fueron víctimas de agresiones sexuales entre diciembre del 2006 y agosto del 2007, por lo que el fallo que elevará el caso a la Audiencia Provincial de La Coruña -antes el juez tendrá que tomar declaración nuevamente al imputado- será la conclusión de sumar una a una las nueve causas que se atribuyen al violador del chándal, nombre con que se le bautizó en los años 90 por utilizar esta prenda para cometer sus agresiones, si bien parece que en su fase gallega cambió el atuendo deportivo por vaqueros y camisas. Los datos recabados sobre los delitos cometidos presuntamente por Andrés Mayo arrojan una serie de coincidencias entre la etapa que delinquió en León y Asturias, por la que ya ha pagado su condena, y la que pasó en Galicia durante los meses anteriores a ser detenido, por la que será próximamente juzgado. Las acciones probadas en León y las denunciadas en La Coruña mantienen un paralelismo en los horarios, en el modus operandi, en las zonas elegidas, en el perfil de las víctimas e incluso en la reacción del presunto agresor al ser detenido. Los crímenes sexuales siempre se cometían con nocturnidad, principalmente durante los fines de semana o vísperas de festivos y en lugares céntricos pero poco transitados. No parece perseguir un perfil de víctima, ni siquiera en sus edades que van desde los 20 hasta los 30 años. Mayo, tanto en 1990 como ahora, negó ante el juez todos los hechos que se le imputaron. Hay indicios incriminatorios Tras la instrucción, la Fiscalía deberá redactar el escrito de calificación de los hechos, en el que se puede descartar alguna de las causas por falta de pruebas concluyentes que vinculen a Mayo con las nueve denuncias pendientes. Fuentes consultadas explican que es lo que podría ocurrir con los casos en los que las víctimas no han logrado reconocer al sospechoso en la rueda de reconocimiento convocada por la investigación. Sin embargo, entre los indicios incriminatorios de carácter científico y documental figuran reconocimientos fotográficos por parte de varias víctimas que permitieron determinar la identidad del sospechoso de atacar, al menos, a nueve mujeres Según ha podido saber este periódico, serán varias las víctimas que se personarán como acusación particular en el juicio que se celebre contra Andrés Mayo, además de la que represente el Ministerio Público. El juez ha decidido unir a las ocho primeras denuncias por agresiones sexuales -dos consumadas y seis en grado de tentativa- el caso de la mujer coruñesa que fue agredida entre la última acción atribuida a Mayo (30 de junio del 2007) y su detención, un mes después. Inicialmente, esta víctima no había presentado denuncia.