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| Entrevista | Dolores Cospedal |

«El PSOE me ofreció un cargo, pero ya me gustaba el PP y lo rechacé»

«Quiero que me juzguen exactamente igual que a un hombre». «El centro es una forma de estar en política más que un espacio entre la derecha y la izquierda»

Cospedal en un momento de su intervención ante los populares vascos con motivo de su congreso

Publicado por
Magis Iglesias - madrid
León

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María Dolores Cospedal es la primera mujer secretaria general del PP y no hay más que ver su despacho para saber que está recién llegada. Estanterías y mesas muestran su fealdad casi desnudas o con algún vestigio de su anterior inquilino, Ángel Acebes. Sólo el bolso sobre una silla y apenas tres fotos de su hijo Ricardo ofrecen las escasas pruebas de que el emblemático despacho es ahora territorio de una mujer osada, mandona y también muy independiente. -¿Llega a la política por casualidad o por vocación? -Siempre me ha gustado la política. Tuve una experiencia muy breve en las juventudes del Partido Reformista con diecisiete años pero aquello duró poco. -¿Quién le convence para entrar en el PP? -Yo era abogado (sic) del Estado del Ministerio de Trabajo cuando el PP llegó al Gobierno. El ministro Javier Arenas y los altos cargos me proponen trabajar con ellos. A mí ya me gustaba partido, soy votante del PP y decido dar el paso. Previamente, sin tener por qué decir quién, la Administración socialista ya me había ofrecido un cargo político que yo tuve claro que no quería aceptar. -¿A qué modelo de número dos le gustaría parecerse? ¿Cascos, Acebes, Guerra o Blanco? -A mí misma. Cada uno de ellos tiene su personalidad y me parece que lo han hecho bien, al menos, de la mejor manera que pensaban que sería bueno para su partido. Pero yo no tengo por qué parecerme a ninguno. -¿Es tan mandona como cuentan? -Debo de ser algo mandona porque me lo dicen mucho. -¿Eso influyó para que llegara al cargo? -No lo sé. Digo que debo de ser mandona porque ya me lo decían en mi casa cuando era pequeña. Pero también me gusta mucho trabajar en equipo. No soy acaparadora. Me gusta delegar y tener gente brillante alrededor. Soy mandona de una manera especial. -¿Qué mérito cree que valoró Rajoy en usted para elegirla? -Me parece que tengo capacidad de organización y quizás eso haya podido influir. Y también porque me gustan los retos. Es verdad que soy algo osada sin ser una insensata. En la vida hay que ser valiente y no acobardarse. -¿La presencia que vemos de mujeres en cargos políticos es puramente estética o supone un ejemplo para el resto sociedad? -Ahora somos más en puestos de responsabilidad política que, por ejemplo, en grandes empresas. Por eso podemos ser punta de lanza. Pero no debemos caer en el peligro de convertirnos en un estereotipo y que nos utilicen para reflejar una determinada imagen. Las mujeres no nos debemos dejar utilizar para que otros puedan presumir. -¿Se habría atrevido a ir a Afganistán embarazada, como la ministra de Defensa? -Claro que sí. Yo estuve embarazada y seguí cumpliendo con mis obligaciones de consejera de Obras Públicas y Transportes. Una mujer que espera un hijo está embarazada, no enferma. Es un estado natural de la mujer que, como todo el mundo sabe, se pasa a los nueve meses. Tenemos que aprender a verlo con mucha normalidad. . Pero, ¡ojo!, no permitamos que sólo se nos juzgue por eso. Yo quiero que me juzguen exactamente igual que a un hombre. Ni con más dureza ni con más condescendencia. -¿Le parece que hay un culto excesivo a la juventud en la política en este momento? -Sí. Seguramente es así. Respeto profundamente la sabiduría que da la experiencia, me parece un gran valor y me fío más de ella que de cualquier otra cosa. Por otro lado, la juventud tiene el impulso, ilusión y osadía. -¿Qué salvaría del aznarismo? -No me gusta mucho hablar de 'marianismo' ni de 'aznarismo'. Prefiero hablar del PP y de proyecto. Este partido tiene que tener bien claro que debe ser fuerte en sus principios y moderado y centrado en las formas. Porque el centro es una forma de estar en política más que un espacio entre la derecha y la izquierda.