Con una forzada naturalidad
El actual líder popular Mariano Rajoy y el presidente de Honor de la formación, José María Aznar, se saludan con frialdad al coincidir en la clausura de los cursos de verano de la Faes
«Vamos a saludarnos efusivamente porque si no...» Ésta es la frase que, con forzada naturalidad, Mariano Rajoy susurró este domingo a José María Aznar para lograr una imagen amistosa ante las cámaras en lo que prometía ser un reencuentro correcto, pero más bien frío y distante, reflejo del auténtico momento de las relaciones entre ambos. Eran las 11,45 horas y Rajoy llegaba a la Hacienda Los Robles, en la población madrileña de Navacerrada, donde se disponía a clausurar las tradicionales jornadas estivales de la Fundación Faes, el laboratorio de ideas del PP, dirigido por Aznar. Era la primera vez que el presidente del PP y su antecesor en el cargo se veían desde el congreso popular celebrado hace tres semanas en Valencia, y en el que Aznar dedicó a su sucesor un par de ostentosos desplantes por la deriva que ha impreso al partido tras su segunda derrota consecutiva en las elecciones generales. Las relaciones entre ambos están bastante deterioradas como se comprobó en el cónclave y no han mejorado, según se pudo constatar hace sólo cuatro días, cuando en una entrevista en la televisión autonómica madrileña, el ex presidente del Gobierno criticó a Rajoy sin tapujos por la renovación efectuada en el partido. La frase de la efusividad consiguió unas carcajadas, un apretón de manos y alguna palmadita en la espalda, pero lo cierto es que no hubo complicidad ni muestra de confianza entre ellos en la hora siguiente, durante la que el protocolo obligó a ambos compartir tribuna y posados. La frialdad era evidente. Aznar, sin embargo, no dio hoy lugar a la controversia y su discurso final se alejó de los temas del partido para convertirse en un mero resumen de los 14 días de mesas redondas organizados por su fundación. Rajoy también evitó cualquier alusión directa en sus palabras, pero no dejó de reivindicar ante su mentor lo que pretende ser el corazón de la renovación que ha emprendido en el PP, «un partido -dijo- de centro que reivindica la moderación y la responsabilidad».