El 13% del censo actual son inmigrantes, pero esta proporción crece al 34% en las cárceles
La población reclusa extranjera se ha triplicado en España en sólo ocho años
Marroquíes, rumanos y colombianos son ya la mitad del colectivo de los foráneos en prisión
La población reclusa de origen extranjero crece sin parar, muy por encima de la evolución de los presos españoles. Sólo en los cuatro primeros meses del año, este colectivo ha aumentado en 1.111 miembros frente a los 945 nacionales. O lo que es lo mismo, cada día hay nueve extranjeros más en la cárcel por tan sólo siete españoles. En los últimos ocho años, el número de foráneos encarcelados ha crecido un 300%, mientras que los internos peninsulares se han incrementado un 24%. Los últimos estudios del Ministerio del Interior señalan que hay 24.088 presos de otros países, 16.188 más que al principio de la década. Los extranjeros presos, el 90% varones, suman el 34,8% del total de la población reclusa, que asciende a 69.156 personas. En el pasado abril, último mes recogido en las estadísticas de Instituciones Penitenciarias y del sindicato mayoritario Acaip, uno de cada tres internos era extranjero. Un cambio sustancial respecto a 2000, cuando los inmigrantes presos no llegaban uno de cada seis. Hace ocho años, los españoles constituían el 82,1% de las personas encarceladas. Hoy, aunque hay casi 10.000 más entre rejas que entonces, suponen sólo el 65,1% del total. Una caída que responde al crecimiento geométrico de los inmigrantes en prisión. Las razones de este fuerte incremento obedecen, según los expertos, a razones económicas y culturales. Las penurias materiales por las que atraviesan muchos inmigrantes conducen a caer en el mundo de la delincuencia o en del narcotráfico para conseguir rápidos ingresos. Se da la circunstancia de que una buena parte de estas personas no tenían antecedentes penales en su país de origen. Una segunda razón es cultural. Los ingresos en prisión por haber perpetrado un delito son menores en muchos de los países de orr el 34%.7s colonias más numerosas dentro de los centros penitenciarios son, por este orden, marroquíes, colombianos y rumanos. Sólo los encarcelados de estas tres nacionalidades suponen el 42,2% del total de los extranjeros recluidos por causas penales en España. Sólo en las cárceles gestionadas por el Ministerio del Interior, todas menos las de Cataluña, hay 4.586 súbditos marroquís, cuando hace ocho años la colonia presa del país vecino apenas superaba los 1.700 miembros. Los internos de esta nacionalidad suman el 7,7% de los 59.149 presos recluidos en los 77 centros gestionados por la Administración central. Un dato que contrasta con el aporte de los ciudadanos del país magrebí a la población total de España, ya que, según el Instituto Nacional de Estadística, esta colonia contribuye con el 1,4% a los más de 46 millones de personas empadronadas en el país. Las cifras llevan a la conclusión de que la densidad de marroquíes en prisión es cinco veces superior a los que están en la calle. La situación se repite con algún matiz entre otras nacionalidades. Los colombianos, con 2.205 internos, suponen el 10,9% de la población reclusa foránea de las cárceles. En ocho años, esta colonia del país latinoamericano ha crecido hasta duplicarse a diferencia de lo que ha sucedido con el número general de reclusos, que en ese mismo periodo apenas ha crecido un 24%. En el padrón, los colombianos representan el 0,7% de la población de España, pero dentro de las cárceles son el 3,7%, cinco veces más.