Investigan si De Juana oculta bienes para eludir las indemnizaciones

La Fiscalía de la Audiencia Nacional abrirá una investigación para averiguar si el ex jefe del «comando Madrid» de ETA, Iñaki de Juana Chaos, oculta bienes o propiedades para no hacer frente a las indemnizaciones multimillonarias que debe a las víctimas de sus asesinatos y atentados, según confirmaron fuentes de este departamento. El etarra, que saldrá de la cárcel el 2 de agosto, tras 21 años en prisión, fue condenado por más de una decena de asesinatos y numerosos atentados que en los años ochenta causaron decenas de heridos y cuantiosos daños materiales. Las indemnizaciones que las diversas sentencias le obligan a pagar a sus víctimas o a los herederos, en el caso de las muertes, suman unos ocho millones de euros. Como De Juana fue declarado insolvente, las indemnizaciones, de acuerdo a lo dispuesto en la ley de Víctimas del Terrorismo, fueron satisfechas por el Estado. No obstante, el Gobierno puede reclamar al etarra estas cantidades siempre que tenga noticia de que dispone de algún ingreso o de patrimonio. De hecho, el 24 de enero de 2006 la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, el tribunal que le condenó, ordenó el embargo de todos los ingresos que le correspondían por derechos de autor de los tres libros que escribió para la editorial Txalaparta. La nueva investigación tratará de determinar, entre otras cosas, si el piso de San Sebastián en el que el etarra y su esposa, Irati Aranzabal, podrían residir a partir de agosto es de su propiedad o si en el proceso de adquisición se ha incurrido en algún tipo de irregularidad o delito para mantener a De Juana Chaos en situación de insolvencia y a salvo de nuevos embargos. La casa en la que podría fijar su residencia perteneció a su madre, que falleció en enero de 2007. Antes de la muerte de la mujer la vivienda ya era propiedad de la hermana de De Juana que, a su vez, se le vendió a Aranzabal antes de que, el 11 de febrero de este año, se casase en prisión con el terrorista. De esta forma, el etarra, sobre el papel, no tiene bienes a su nombre, ya que no heredó y posiblemente viva en una casa que no es de su propiedad.