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El instituto biotecnológico leonés y la aragonesa Horcona se asocian para poner en marcha el proyecto industrial

Biomar desarrolla un proceso para que sea rentable producir biodiésel con microalgas

Uno de los atractivos de la iniciativa es su asociación con la captura de CO 2 en plantas térmicas

Los investigadores de Instituto Biomar se trasladarán el próximo otoño al Parque Tecnológico de León

León

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Conseguir cepas de microalgas que permitan mejorar al máximo los rendimientos para producir biodiésel de forma rentable. Y desarrollar procesos industriales que hagan viable este proyecto desde el punto de vista económico. Ese es el objetivo de la asociación empresarial que desde el pasado día 1 han formalizado el Instituto Biomar y la constructora aragonesa Horcona (con su división de biocombustibles Ecofuel), y que pretende obtener combustible biológico procedente de organismos marinos a costes razonables en el plazo de dos años. La investigación se desarrollará por la compañía leonesa en la provincia, y el proceso industrial será realizado por la aragonesa en Zaragoza; mientras que la planta de producción definitiva se ubicará en un lugar aún por determinar. El proyecto entre sus muchos atractivos uno que puede interesar también especialmente en la provincia: el proceso para que las microalgas desarrollen aceites ha de contar con aportación de CO 2 , por lo que este tipo de iniciativas suelen vincularse a industrias como las centrales térmicas. «Entre los rendimientos económicos que se calculan en el proceso están los créditos por el secuestro de CO 2 » al que obliga el cumplimiento del Protocolo de Kioto, explica Antonio Fernández, consejero delegado de Biomar. Este es uno de los principales proyectos que tiene en marcha el instituto biotecnológico leonés, que en la actualidad desarrolla por un lado investigaciones en el área de la farmacia y la medicina y por otra las aplicaciones industriales de las investigaciones que realizan con productos de origen marino. «Se trata de un proyecto muy ambicioso, y más ahora que los biocombustibles atraviesan por un momento delicado, al haber empezado a asociarse con el consumo de alimentos», señala Fernández; que destaca las ventajas del biodiésel de origen marino con respecto a los agrícolas: «Por ejemplo, con la inmensa cantidad de terreno que se necesita para obtener combustible de origen vegetal. . Comparado con los mejores cultivos vegetales, desde el punto de vista energético las microalgas ofrecen rendimientos, siendo conservadores, cien veces mayores. Extrapolando podría decirse que se obtendría la misma cantidad de combustible explotando una superficie cien veces menor». El responsable de la biotecnológica leonesa señala que en materia de combustibles ecológicos hasta ahora se ha investigado poco en la biología y se ha centrado todo el esfuerzo en la ingeniería. «El sector está en mantillas, pero España es un territorio privilegiado para desarrollar esta fuente energética». El problema hasta ahora han sido los costes. Producir combustible con microorganismos marinos resultaba muy caro. «Pero los precios del petróleo han acercado bastante estos costes. Eso, y la evidencia de que el petróleo se está acabando».