El fin de las incandescentes
La Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados aprobó este miércoles una proposición no de ley para sustituir las bombillas poco eficientes por otras de bajo consumo
La bombilla incandescente de toda la vida, la de filamento de tungsteno, está sentenciada. En el plazo de tres años desaparecerá de manera progresiva de los comercios, junto con otras que, como ella, gastan demasiada energía. La Comisión de Medio Ambiente del Congreso ha aprobado por unanimidad una proposición no de ley de CiU que insta al Ejecutivo a elaborar un plan para sustituir en el plazo de tres años las bombillas poco eficientes por las de bajo consumo. El texto de la iniciativa reclama que esta sustitución cuente con ayudas para las familias con menos recursos. La operación de reemplazo deberá incluir al ámbito empresarial e industrial, edificios públicos y sedes institucionales, tal y como recoge la Estrategia del Cambio Climático aprobada por el Gobierno en noviembre. La puesta en práctica del plan supondría sustituir progresivamente 350 millones de bombillas por otras de bajo consumo eléctrico, con un ahorro estimado de 6 millones y medio de toneladas de CO 2 .