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VÍCTIMA DE ACOSO LABORAL

«El que acosa una vez, repite. Es acosador ahora y lo seguirá siendo toda su vida»

Pedir ayuda es el primer paso para terminar con el acoso

Publicado por
Andrea Cubillas - redacción
León

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El acoso laboral es una triste realidad que acompaña a toda la sociedad. Sin embargo, muchos se vendan los ojos y se niegan a creerlo. Las víctimas cada vez son más, sin embargo, es difícil dar el primer paso, asumirlo, contarlo y denunciarlo. Por suerte cada vez son más las víctimas que deciden contar el calvario que durante años tuvieron que soportar día tras día sin poder decir nada. Esto es lo que le ocurre a Elena - un pseudónimo ya que no quiere revelar su verdadera identidad - una presunta víctima de acoso laboral que ha decidido contar su historia. Elena comenzó a percatarse de que algo no iba bien. Veía que el trato de sus superiores con ella era totalmente distinto al de con sus compañeros. «Solicitaba un permiso y me lo denegaban. Me exigían más trabajo del que me correspondía y que no eran de mi responsabilidad. Constantemente recibía gritos y voces de mis superiores delante del resto de mis compañeros sin ningún motivo justificable. Con el paso del tiempo me di cuenta de que aquella situación no era normal». Lo peor para esta mujer sin duda fue el aislamiento que sufrió por parte de sus compañeros. «Vi como me daban la espalda. En ningún momento salieron en mi defensa. Está claro que no querían tener problemas con los jefes». Según considera Elena, el hecho de ser mujer influyó mucho más, ya que tenía compañeros varones en su misma situación que no sufrían ningún tipo de acoso. «Tenía mucho miedo. Daba igual lo que hiciera, que todo estaba mal. Iban a por mi y no hay ninguna explicación». Sin embargó, Elena no aguantó más y decidió acudir a un especialista quien tras examinarla le dio la baja laboral. «De esto ya hace seis meses. Al principio me sentía culpable, me planteaba que algo no funcionaba y pensaba que la culpa la tenía yo. Gracias a la terapia he abierto los ojos y me he dado cuenta que no hice nada, solamente fui una víctima. Además se que después de mi, ha habido más mujeres como yo. El que es un acosador lo va a seguir siendo toda la vida». Elena lleva más de un año acudiendo a los gabinetes psicológicos de la UGT, primero a Valladolid y posteriormente a León. «Realmente es una buena iniciativa. Los especialistas son muy buenos y nos dan todo el apoyo posible. Sin embargo, considero que el sindicato tiene olvidado a estos gabinetes que realmente ofrecen un servicio muy necesario». Actualmente esta mujer ha empezado un proceso judicial para conseguir que, aunque sea de forma simbólica, se haga justicia. Gracias al apoyo de sus familiares y amigos, que siempre han estado a su lado, Elena ha logrado poco a poco superar y dejar atrás los duro momentos que tuvo que soportar durante años en su puesto de trabajo. «Algo iba mal. Me exigían trabajos que no me correspondían, me gritaban y me denegaban permisos. No era normal» «El hecho de ser mujer fue un detonante. Tenía compañeros varones en mi misma situación que no recibían ese trato» «Al principio me sentía culpable. Gracias a la terapia me di cuenta de que no hice nada, sólo fui una víctima» VÍCTIMA ACOSO LABORAL