La mujer, principal víctima
El 70% de los trabajadores que sufren acoso laboral son mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 35 años, estudios medios y que ocupan puestos administrativos y de asistencia a terceros
La mujer parece estar en el ojo del huracán cuando las noticias no traen más que desgracias. Cada vez más son los casos de mujeres que son víctimas de la violencia de género. Sin embargo, eso no parece suficiente, y ahora, ni en el trabajo ,pueden respirar tranquilas. Y es que las mujeres se han convertido en los principales objetivos del acoso laboral. En concreto, el 70% de los trabajadores que sufren esta violencia psicológica son mujeres, una cifra que dista bastante del 30% que ocupan los hombres. Según explicó el psicólogo del UGT, Alfonso Rodríguez, el perfil del trabajador acosado es una mujer de entre 30 y 35 años, con estudios de bachillerato o universitario medios que ocupan puestos en las administrativos y de atención al cliente. «Es bastante llamativo la cantidad de trabajadores que sufren acoso laboral en las empresas callcenter o de atención telefónica. Esto se debe principalmente, a las situaciones laborales, los bajos sueldos y los contratos fugaces, lo que las convierte en víctimas en potencia. Realmente es lamentable, entre las dificultades que tienen para conciliar la vida laboral y familiar y las trabas que encuentran por el camino es normal que muchas decidan quedarse en casa», explicó Rodríguez Los hombres que acuden a este tipo de terapias cumple con el mismo perfil que las mujeres, sin embargo, en escasas ocasiones sufren acoso laboral. El principal problema de los hombres es el conocido síndrome del quemado o burn-out, que suponen alteraciones psicopatológicas del estrés. El principal motivo de esta patología es el desbordamiento por el volumen de trabajo inherentes a la profesión. Cada vez son más los trabajadores que sufren el llamado mobbing, es decir la acción de un hostigador u hostigadores conducente a producir miedo o terror en su lugar de trabajo. Estas personas reciben una violencia psicológica injustificada por parte de sus compañeros, subalternos o superiores, de forma sistemática y recurrente, durante un tiempo prolongado, a lo largo de meses e incluso años. Lo que se pretende en último término con este hostigamiento, intimidación o perturbación es el abandono del trabajo por parte de la víctima o víctimas. Las víctimas han aumentado, pero las estadísticas apuntan a las mujeres como los principales objetivos del acoso laboral.