La víctima trató de escapar huyendo por el pasillo, pero el andador que utilizaba apareció en el suelo junto al cadáver
Fallece asfixiada a causa de un incendio una anciana de 97 años que vivía sola
Una estufa de butano cercana al sofá inició el fuego, que no se propagó más allá del salón del inmueble
Antonia Pérez Díez, una anciana de 97 años natural de la Estación de Villadangos del Páramo y vecina del número 14 de la calle Antimio de Arriba de la localidad, perdió ayer la vida a consecuencia de un incendio que se declaró en su domicilio pasadas las 17.30 horas y que a tenor de las primeras investigaciones acabó con su vida por asfixia, en tanto en cuanto las secuelas del fuego no dejaron consecuencias especialmente graves en el inmueble. Los hechos se produjeron a media tarde. La víctima, que residía sola en el inmueble, una antigua casa unifamiliar ubicada a pocos metros de las vías del tren, había encendido una estufa de butano. «Pasaba casi peor el verano que el invierno y se quejaba de frío muy a menudo». Entre comentarios y apuntes de vecinos, la cascada de datos fue dibujando el perfil de la tragedia. «La estufa de butano está justo donde ha empezado a arder el sofá, pero cuando ha querido darse cuenta ya era tarde. Se ve que ha echado a caminar por el pasillo con su andador y ya no le ha dado tiempo. Ha caido bastante antes de poder llegar a la puerta». Dos agentes de la Guardia Civil y un miembro de la Policía Judicial iniciaron las investigaciones en cuanto recibieron la llamada de emergencia de la primera persona que encontró los restos mortales de la víctima. Todo apunta a que el hecho de que persianas, ventanas y puertas estuviesen cerradas casi a cal y canto convirtió la estancia en un habitáculo practicamente hermético, que se quedó sin apenas oxígeno en cuanto las llamas se apoderaron de la estancia. «Las paredes están empapeladas y se han quemado. Sin embargo, aunque los muros están un poco combados como si hubieran soportado mucho calor, los muebles del salón están casi intactos y en el resto de las habitaciones no hay señales de que haya ardido nada. Es un poco extraño». El juez de guardia, Juan Carlos Suárez-Quiñones, se personó en el lugar de los hechos alrededor de las 19.25 horas, después de que una dotación de cinco miembros del Cuerpo de Bomberos de León certificase la imposibilidad de actuar en el lugar de los hechos. «El fuego se había consumido solo cuando llegaron, han estado echando un vistazo pero en realidad, ya no tenían nada que hacer». Horas después del deceso, el aspecto exterior de la casa tampoco ofrecía signos de haber sido pasto de un incendio. Los servicios funerarios de la comarca hicieron el resto y alrededor de las 20.00 horas, con apenas una decena de curiosos en los alrededores, volvió la calma al barrio. Con una vecina menos... «Le había dicho que me diera llaves de casa pero nunca quiso, al final ya no se fiaba de nadie» SUSANA F., empleada de hogar de la víctima