Asesinan de un balazo en la cabeza en Las Ventas a un taxista de Ponferrada

Ensangrentado, tendido sobre el asfalto boca abajo junto a la puerta del taxi que conducía, con una bala en la cabeza con entrada por la parte occipital del cráneo y sin orificio de salida, con un casquillo de pistola del calibre 6,35 a su costado, con las luces del coche encendidas a punto de agotarse la batería y el vehículo empotrado ligeramente con su aleta delantera izquierda contra un cerezo. Esta fue la escena que se encontró la Guardia Civil de Bembibre hacia las cuatro de la madrugada de ayer miércoles cuando acudió a un descampado de la calle las Llamas, en Las Ventas de Albares (municipio de Torre, pero muy cerca de Bembibre). El cadáver que allí estaba era el de José Miguel Alves Merayo, un taxista de Ponferrada de 34 años, soltero y que vivía con sus padres en la zona del Polígono de las Huertas. El joven llevaba apenas cuatro meses trabajando en Ponferrada con el taxi número 59, un Skoda Octavia con placas de matrícula 6851CLZ. Lo último constatado que se sabe de él es que hacia las 22.30 horas del pasado martes se encontraba en la parada de la estación de autobuses de la capital berciana a punto de terminar su jornada laboral diurna. A esa hora, alguien llamó a la centralita de los taxis de la ciudad requiriendo un servicio, y la orden para cubrirlo le llegó por la emisora a José Miguel. Salió y ahí se le pierde la pista hasta las cuatro de la madrugada de ayer miércoles, cuando un camionero que viajaba por la Nacional VI en dirección León alertó de la existencia del taxi empotrado contra el árbol, perpendicular a la citada calzada. Un joven de Las Ventas asegura que vio de noche el taxi del suceso en circulación, y entrando en la calle donde fue localizado. Recuerda que llevaba el típico cartel luminoso encendido de «libre». Sin embargo, los vecinos de las casas próximas a la serrería de madera donde apareció el taxi no se enteraron de nada. Todos los consultados indicaron que sólo se percataron de que algo sucedía hacia las cinco de la madrugada, ante el trasiego de las patrullas de la Guardia Civil y las ambulancias del 112.