El adelanto de la convocatoria electoral busca frenar el retroceso en votos que sufre el PSOE
Los socialistas adelantarán las eleccionesgallegas para eludir los efectos de lacrisis
Los sondeos actuales prevén una reedición de la coalición entre socialistas y nacionalistas
Las elecciones autonómicas en Galicia supondrán el primer test que medirá las consecuencias políticas de la crisis económica, que se agudizó después de los comicios generales del pasado mes de marzo. El adelanto de la convocatoria electoral que medita Emilio Pérez Touriño busca frenar el retroceso en votos que las encuestas atribuyen a los socialistas como consecuencia de la percepción de las dificultades económicas que tienen los gallegos. A día de hoy, los estudios que manejan socialistas, populares y nacionalistas dan por revalidado el gobierno de coalición en la Xunta de Galicia sin un desgaste significativo del partido opositor. Sin embargo, el PS de G-PSOE aspira a convertirse en primera fuerza política por delante del PP y todos los datos apuntaban en esa dirección hasta el pasado mes de marzo cuando el PS de G-PSOE experimentó una fuerte tendencia ascendente. Los apoyos Inmediatamente después, ese impulso sufrió un frenazo brusco que populares y nacionalistas traducen en una vertiginosa curva descendente. «Por culpa de la crisis económica, pierden votos a chorro y hay encuestas que le dan un descenso de cinco puntos en solo un mes», exagera un dirigente del PP. Los socialistas admiten que, en todo caso, la percepción de los problemas económicos por los ciudadanos detuvo el incremento de sus apoyos y por eso muchos presionan al presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, para que disuelva el Parlamento a primeros de septiembre y convoque a los gallegos a las urnas para finales de octubre. «Las encuestas dicen que se puede volver a ganar si hacemos elecciones ahora pero si son más tarde eso está por ver», alega un dirigente del PSOE partidario del adelanto. Hasta los más reacios a seguir las pautas de la dirección federal, que trata de convencer a Pérez Touriño para que acorte la legislatura, admiten que no hay otra fecha posible si se quieren hacer unos comicios autonómicos diferenciados. «Si no decidimos los gallegos ahora, habremos perdido la iniciativa y estaremos a lo que decidan otros porque las elecciones vascas pueden ser en marzo y las europeas serán en junio». El pleno invierno, navidades o principios de verano son épocas inapropiadas. Por eso, José Blanco comentaba a sus colegas la semana pasada en los pasillos del Congreso: «Lo que digo es que sean ahora o en julio porque no veo otra fecha». Coqueteos Si el objetivo confesado de los socialistas es el «sorpasso» al PP, Mariano Rajoy se empleará a fondo para luchar por mantener la mayoría absoluta e incluso la posibilidad de volver al poder. La de Galicia es una cita crucial para el líder de los populares, que necesita superar esta prueba para conservar el peso recién recuperado en la organización que preside. Pero el propósito que se ha impuesto el partido opositor parece poco realista si se tiene en cuenta que, en los sondeos anteriores a las elecciones generales, el PP había retrocedido de cuatro a 6 escaños. Sin embargo, el desgaste del gobierno del PSOE por la crisis económica y el impulso que recuperó Rajoy con el congreso del PP de Valencia se reflejaron en una clara recuperación del partido opositor en Galicia. El candidato popular, Alberto Núñez Feijoó, asegura que no maneja otra hipótesis que subir el escaño que precisa para gobernar pero habrá obtenido un resultado aceptable si evita la debacle y se mantiene como primera fuerza. Esta expectativa permitió a Rajoy ensayar el discurso inaugurado en el congreso de junio al proclamar su disposición a dialogar con todos los partidos. Fue el propio Rajoy quien anunció el 15 de agosto su intención de buscar un acuerdo con el BNG . Núñez Feijoó continuó esta semana con el coqueteo para una aproximación al Bloque, si bien reconoció que «sería excepcional» un pacto con los nacionalistas que, en todo caso, sólo se planteará si no dispone de mayoría absoluta Por tu parte, el BNG se deja querer y se aprovecha de la coyuntura para demostrar al PSOE que no es rehén de su coalición y también podría mantener un eventual diálogo con los «populares». El BNG afronta desde esta perspectiva las negociaciones presupuestarias con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.