Aislamientos térmicos en las fachadas y paneles solares acaparan el grueso de las nuevas subvenciones oficiales
La Junta dará ayudas de hasta 300.000 euros por edificio para ahorrar energía
Se calcula que en la autonomía millón y medio de viviendas tienen un consumo excesivo
Todas las nuevas edificaciones que se proyectan en Castilla y León desde primeros de marzo están obligadas por ley a seguir estrictas normativas de ahorro energético dentro de un nuevo «Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios», que figura en los boletines oficiales como RITE. Los arquitectos hace tiempo que conocían sus líneas directrices, pero no así las pymes encargadas de aplicarlas y construir los inmuebles, así que desde la Junta se ha abierto una campaña de divulgación de la nueva ley, que es copia de las directrices que ya se estaban aplicando en los paises de la Unión Europea. Su coste en los precios finales de la vivienda oscilará entre en 1% y el 2% en paneles y otro tanto en aislamientos, algo que hace apenas un año parecía importante, aunque ahora importa poco tras la caída en picado de la actividad del sector, lo que convierte a la norma en una ley moderna, pero que llega con retraso al mercado. El reglamento de la Junta intenta perfeccionar el anterior Código Técnico de Edificación del 2007, en el que ya se contemplaba de forma exahustiva todo lo referente a materiales de construcción de inmuebles, aislantes, materiales e, incluso, la instalación de paneles solares en los tejados para suministro de agua caliente. Lo que se hace ahora es actualizar las normas, para no pocos instaladores sólo es un engorro burocrático. A millón el metro cuadrado Según las empresas que trabajan en el sector, no más de cuatro o cinco grandes o medianas en la provincia, más una docenas escasa de pymes, «porque ésta es una actividad muy selectiva», la instalación de paneles solares en los inmuebles tiene un coste aproximado de seis mil euros por metro cuadrado de panel, equivalente a un millón de las viejas pesetas, contando con las instalaciones auxiliares necesarias para convertir la luz del sol en calor o electricidad. En un clima como el de León, frío pero con muchas horas de luz, este tipo de instalaciones suele ser suficiente para abastecer de agua caliente a los pisos, aunque sirve de poco o nada para las calefacciones. Según portavoces de la empresa Oportuna, a veces hasta sobra algo para calentar el agua de los radiadores «como apoyo a la calefacción», aunque todo depende una climatología tan cambiante como la leonesa. En el mapa de aprovechamiento de energía solar, sin embargo, la provincia aparece clasificada en un modesto puesto número dos dentro de un ranking de cinco puntos. Las regiones más favorecidas con la puntuación máxima son obviamente las del arco mediterráneo, que alcanzan el cinco total, en tanto que las pobres energéticamente hablando quedan aparcadas en la cornisa cantábrica, incluyendo, de paso, la mayoría de la montaña leonesa. De acuerdo con las estadísticas oficiales y también con las opciones de mercado que manejan las empresas la utilización de la energía solar para usos domésticos es igual en toda Europa: no es lo mismo un panel en Alemania que otro en Sicilia, lo mismo que en Asturias y León que en Málaga. Las prestaciones son evidentemente diferentes, según cada caso, lo mismo que inversamente proporcional la utilidad que espera de ellos cada inquilino o propietario de la vivienda.