Sanidad hará un seguimiento a la familia de la última víctima de Creutzfeldt-Jakob

«Desde la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica se está haciendo un seguimiento estrecho de todos los casos de esta enfermedad, y especialmente de aquellos que por sus características pueden ser sospechosos de ser una variante de Creutzfeldt-Jakob». Con esta afirmación desde el Ministerio de Sanidad se quiere dejar claro que, pese a lo que pueda parecer, las autoridades sanitarias están vigilantes ante cualquier nuevo caso de fallecimiento por la variante humana del mal de las vacas locas. Pero lo que no se había afirmado hasta ayer, ni desde la Junta ni desde el propio ministerio, es si se tenía la intención de realizar un control y un seguimiento especial a la familia leonesa de la última víctima de esta enfermedad, una mujer de 64 años. Un control que, desde el punto de vista del presidente de los veterinarios de España, Juan José Badiola «es necesario y casi urgente», algo que han parecido comprender las autoridades sanitarias que, según ha podido saber este periódico, tienen la intención de llevar a cabo ese seguimiento y ese estudio genético de la familia. Según estas mismas fuentes, en la actualidad no existe un protocolo que fije este tipo de actuaciones, «pero debe hacerse porque es de sentido común». Eso sí, y siempre según las fuentes consultadas, esta atención especial a la familia no se va a poner en marcha hasta que el laboratorio de referencia del Hospital de Alcorcón, que dirige el neuropatólogo Alberto Rábano, certifique que la mujer de 64 años falleció, como ya sucediera con su hijo en febrero de este mismo año, a causa de la variante humana del mal de las vacas locas. Hermetismo La última muerte en León ha vuelto a poner de manifiesto el hermetismo de la Consejería de Sanidad, que dirige Francisco Javier Álvarez Guisasola, quien no sólo no ha salido a dar ningún tipo de explicación, si no que ha prohibido que se facilite información alguna. «Se trata de una decisión desacertada», puntualiza Juan José Badiola, quien asegura no entender el porqué de esta forma actuar de la consejería. El presidente de los veterinarios entiende que los ciudadanos deben tener toda la información, «porque aquí no hay nada que ocultar y, además, el hecho de callar no va a evitar que puedan aparecer nuevos casos», puntualiza. Para Badiola, las administraciones son quienes deben dar la cara en estos momentos, «porque ellos son los garantes de que todo el proceso funciona y porque si lo explicaran evitarían los malentendidos y las preocupaciones innecesarias». Pese a todo, desde las autoridades sanitarias autonómicas ya se ha dejado claro que no va a hacerse ningún tipo de manifestación, al menos hasta que no se confirme definitivamente el caso, lo que se producirá en el plazo de tres o cuatro semanas. «Debe informarse a la gente, porque no hay nada que ocultar» JUAN JOSÉ BADIOLA Presidente del Colegio Veterinario