El 13% de los soldados que sirven en las unidades más operativas son mujeres

El Ministerio de Defensa inició hace un mes un programa de inspección de todas las bases, cuarteles e infraestructuras militares para garantizar que son aptas para que en ellas trabaje personal de sexo femenino. La ministra de Defensa, Carme Chacón, dio a conocer esta iniciativa, pionera en España, este miércoles en el Cuartel General de la Marina, donde presidió un pleno extraordinario del Observatorio de la Mujer en las Fuerzas Armadas e inauguró una exposición conmemorativa del vigésimo aniversario de la incorporación de las primeras mujeres a los ejércitos. Rodeada de mujeres vestidas con sus uniformes de Tierra, Aire y la Armada, Chacón anunció que su departamento ha puesto en marcha una «auditoría de género» en todas sus instalaciones que pretende garantizar «la igualdad en el ámbito estrictamente profesional» entre hombres y mujeres. Se trata, detalló, de «comprobar la idoneidad de las instalaciones para el uso indistinto» por personal de ambos sexos en ámbitos tan personales como el aseo, el estudio y el descanso. La ministra admitió las dificultades para lograr este objetivo por tratarse en muchos casos de infraestructuras con siglos de antigüedad, pensadas para ejércitos formados sólo por hombres, que ahora deben ser reformados para adecuarse a la nueva realidad de la presencia creciente de mujeres. Defensa acordó en 2005 que en todas las instalaciones militares de nueva construcción habría que tener en cuenta el criterio de género. No obstante, existen numerosas dependencias más antiguas, donde la convivencia entre el personal de ambos sexos puede resultar incómoda. La auditoría en marcha pretende medir la aptitud de todas las instalaciones para acoger a mujeres. Para ello, están siendo revisadas por personal de la Dirección General de Infraestructuras de Defensa y el Observatorio de la Mujer, que da cauce a todas las quejas o peticiones que plantean las militares. En las dos últimas décadas la presencia de féminas ha obligado ya a realizar modificaciones en unidades, centros de formación, bases y buques para crear espacios diferenciados que garanticen su intimidad, sobre todo en los módulos de alojamiento, en los que hubo que habilitar dormitorios, aseos y vestuarios. La adecuación, sin embargo, todavía no es completa y en determinados puestos las necesidades aún obligan a una convivencia más estrecha entre hombres y mujeres. Es el caso de los submarinos, donde la falta de espacio es acuciante pero ya se han tomado medidas como colocar puertas para separar las duchas de unos y otras.