Diario de León

El Acuartelamiento de San Marcelo no está protegido por el plan especial, lo que permitirá demolerlo para levantar 370 viviendas

La urbanización de Almansa obliga a tirar un conjunto monumental de la posguerra

Sólo el inmueble de la avenida de Asturias será conservado como residencia y club social

Los soportales están compuestos por imponentes arcos

Los soportales están compuestos por imponentes arcos

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Marco Romero - león
León

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El desarrollo urbanístico del sector de Almansa, durante décadas ocupado por el Ejército, obligará a demoler un imponente edificio construido durante la posguerra para poder levantar las 370 viviendas contempladas en el convenio que el Ayuntamiento de León y el Ministerio de Defensa ratificarán próximamente. El inmueble a derribar está constituido por los pabellones del Acuartelamiento de San Marcelo, un conjunto de edificaciones de carácter monumental representativas de la arquitectura oficialista de posguerra que fueron construidas al tiempo que la Azucarera Santa Elvira, en la que se está realizando un importante esfuerzo inversor para reconvertirla en el futuro Palacio de Congresos de León. Se da la circunstancia de que las edificaciones cuyo derribo se anuncia ahora no fueron incluidas en el año 2000 en el Plan Especial del Conjunto Urbano de la Ciudad de León que recoge los bienes y elementos protegidos. Tienen el mismo valor arquitectónico que el denominado Cuartel de Almansa -se trata del inmueble cuya fachada linda con la carretera de Asturias-, hoy transformado en un edificio noble que alberga la residencia militar y el club social para empleados del Ministerio de Defensa. Esta parte sí está protegida y, por tanto, no entra en la operación urbana. Cuestión de rentabilidad La exclusión de estas instalaciones del plan especial responde a razones de viabilidad. Si los pabellones se protegen y no son demolidos, las plusvalías generadas por la liberación del suelo que quedaría disponible no son suficientes para financiar una operación en la que el ministerio ya ha perdido mucho dinero al permitir que la mitad de las nuevas viviendas sean protegidas. En el 2004, los terrenos fueron recalificados automáticamente con la entrada en vigor del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, por lo que Defensa no tendría hoy ninguna obligación de ceder patrimonio al Ayuntamiento de León. En términos estrictamente económicos, el ministerio ha perdido la mitad de su edificabilidad por destinar ese 50% a vivienda de carácter social. Cierto es que, originalmente, al menos parte de los terrenos de Almansa fueron donados gratuitamente por la ciudad de León al Ejército, a condición de que el Estado mantuviera militarizada la zona. Las instalaciones que serán demolidas -si los planes se cumplen, es posible que esto ocurra en el plazo de un año- fueron desmanteladas hace trece años, después de que el regimiento que las ocupaba fuese trasladado a Valladolid. Se encuentran en buen estado, aunque han sido objeto de actos vandálicos durante los últimos años que han acabado con la mayor parte de las tuberías, los sistemas de calefacción y los cuadros de electricidad. No en vano, recientemente las fuerzas policiales han detenido a varios ladrones cuando intentaban sacar del acuartelamiento ocho sacos con elementos sanitarios de los aseos. Cristales rotos, tejas caídas de la cornisa y mucha maleza rodean el entorno de un conjunto arquitectónico que, ni mucho menos, se encuentra en estado de ruina. Los edificios principales, articulados a través de la calle del Generalísimo -una vieja placa aún lo recuerda-, constan de planta baja y otras tres de altura. Las fachadas, al igual que el edificio noble, tienen una composición clásica típica de la arquitectura oficial de posguerra que recuerda el neoclasicismo que tanto se utilizó durante la dictadura franquista para construir inmuebles oficiales con apariencia colosal. Cambia el uso histórico La propiedad es pública y hasta ahora mantenía su uso histórico como acuartelamiento militar, aunque el convenio que firmarán el Ayuntamiento de León y Defensa ordenará y gestionará este sector de suelo urbano no consolidado, integrado en su mayor parte en los terrenos de propiedad estatal. Los pabellones rodean el patio de armas del acuartelamiento, hoy convertido en un club social con piscina y canchas deportivas, y se ordenan a través de unos soportales adornados con columnas y arcos de medio punto, lo que le da una apariencia aún más señorial. El resto de instalaciones, como caballerizas, cuadras y almacenes, también serán eliminadas para dar paso al desarrollo parcial de este atractivo sector urbano.

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