La reconciliación con el dolor «Dispuestos a decir no a los más poderosos» «El 0,7% del PIB irá a luchar contra la pobreza»

El presidente Zapatero invocó ayer la «compasión» del Partido Popular para que sus responsables dejen a las víctimas del franquismo enterrar a los seres queridos asesinados en los años de dictadura y puedan «reconciliarse» con el dolor. Pidió respeto ante la Ley de la Memoria Histórica, impulsada para cerrar viejas heridas, y justificó la esencia de la democracia en el compromiso de que «no haya ninguna persona sin reconocer». De todo el discurso del secretario general de los socialistas estas fueron las palabras que convirtieron el ruido de Rodiezmo en un silencio roto sólo por quien gritaba que él quería encontrar a su abuelo o a su padre. Hubo incluso quien tuvo que disimular con un pañuelo las lágrimas que resbalaban por la cara cuando él y el presidente de la fundación Pablo Iglesias, Alfonso Guerra, clamaban «sensibilidad» frente a una realidad que aún hoy afecta a miles de personas. Guerra fue más duro y reprochó a la oposición su reacción. «¿Pero no son tan católicos», se preguntó, pues aunque sólo fuera por sentimiento tenían que apoyar a esta gente». No parece que los populares estén dispuestos a refrendar la iniciativa socialista, sobre todo después de asegurar que esta ley es sólo una maniobra disuasoria para dirigir la atención de la opinión pública lejos de la crisis económica. Han dicho en repetidas ocasiones que esto no interesa aunque cada día existan muestras que desmienten la percepción. Zapatero rechazará cualquier tipo de intervención del gobierno para aliviar la situación de las empresas ante la crisis económica y garantizó que el PSOE está «dispuesto a decir no a los más poderosos», a pesar de cualquier tipo de presión. Mostró su compromiso con los trabajadores, se alejó de los empresarios y negó cualquier tipo de recurso económico a aquellos que han obtenido cuantiosos beneficios tras realizar actividades que han «perjudicado a la economía española». España destinará a final de legislatura el 0,7% de su Producto Interior Bruto a la lucha contra la pobreza, según reiteró el presidente Zapatero, quien pretende situar al país en los grupos de cabeza de quienes afrontan con recursos esta problemática. También reivindicó una política de paz en el orden internacional y mostró su apoyo a todos los estados que defienden estos preceptos, «que son los que los españoles quieren para que su país sea reconocido por todo el mundo», concluyó.