Los servicios de pediatría de Salamanca y Burgos sostienen que la prioridad ahora es reforzar las plantillas y dotarlas de medios
Criterios operativos desaconsejan la nueva unidad de cirugía infantil de Castilla y León
Los niños derivados desde León a otras provincias generan 1.200 consultas cada año
La nueva unidad de cirugía infantil que la Consejería de Sanidad de Castilla y León programa en Valladolid «no es necesaria» y sí lo es «priorizar la potenciación» de las dos que ya existen en Salamanca y Burgos, donde cada año son desviados más de 1.500 niños y niñas de las nueve provincias para ser intervenidos. Los cirujanos que se responsabilizan de los dos centros de referencia están totalmente de acuerdo en que sólo la reorganización de los medios y una ampliación de la plantilla optimizarían un servicio que actualmente tiene alrededor de 600 menores en lista de espera, según fuentes extraoficiales. Las oficiales, calculadas con criterios trampa , sólo se refieren a una treintena de casos en cada uno de los dos hospitales. Ya que los principios médicos y operativos coinciden en que la unidad no es necesaria ni prioritaria -pese a que son los únicos que saben cuál es la situación real de la cirugía infantil en Castilla y León, echan en falta no haber sido consultados por la Administración-, los pediatras piden que no primen los criterios políticos para poner en marcha un nuevo servicio que requiere, como mínimo, cinco médicos especialistas, ocho enfermeras y cuatro auxiliares para cubrir tres turnos diarios y las libranzas, así como al menos dos administrativos. Eso sin contar la inversión millonaria que requiere la instalación y el mantenimiento de la UCI pediátrica y de las 20 o 30 camas polivalentes que, como mínimo, exigen unas instalaciones de este tipo. Al límite Como contrapunto, las dos unidades de cirugía infantil que dependen de la Junta trabajan al límite. Miles de consultas al año y una lista de espera con decenas de niños y niñas de toda la comunidad corroboran las carencias de una atención que, en las patologías menos graves, puede aplazarse durante más de un año y medio, según explica el doctor Jorge Liras, miembro del equipo de cirugía infantil del Hospital Universitario de Salamanca. «León sigue derivando a Asturias a algunos pacientes, pero es un gasto que Sacyl tiene que pagar y no interesa. En torno al 20% de los pacientes que tratamos son [de las áreas sanitarias] de León y Ponferrada», aclara. «Un niño de León -añade Liras- puede esperar dos años para ser intervenido de una hernia inguinal, mientras que un adulto puede que ni siquiera llegue a esperar tres meses por el mismo problema. ¿No es ésto un problema ético para la sanidad pública?». Protocolo de derivación Sanidad de Castilla y León (Sacyl) sigue un protocolo para concentrar en Salamanca a los pacientes pediátricos procedentes de León, Zamora, Ávila, Segovia y la propia Salamanca, mientras que en Burgos se atiende a los niños de esta provincia y a los de Valladolid, Soria y Palencia. La saturación de las listas de espera es evidente. En Salamanca, donde se encuentra el cauce oficial de coordinación para León, 70 niños y niñas esperan para ser intervenidos. «No son casos graves y urgentes, puesto que de ser así no estarían en lista de espera. Una patología tumoral no permite demoras», advierte el especialista. La solución que proponen los pediatras de este equipo a corto plazo es «ampliar la plantilla de Salamanca y Burgos y, a medio plazo, realizar una redistribución geográfica de los servicios», afirma Jorge Liras. Hacerlo más fácil En el centro de referencia de Burgos (Hospital General Yagüe), el pediatra Francisco Martín Pinto es uno de los cinco especialistas que integran la unidad. Habla a título particular, aunque asegura que sus colegas tienen la misma opinión respecto a la futura creación de la unidad de cirugía pediátrica en Valladolid: «Lo ideal es potenciar las dos unidades que hay sin necesidad de crear una nueva. Necesitamos dotarlas de todos los medios y hacer las cosas más fáciles para todos los niños de Castilla y León». El cirujano asegura que el fin de semana anterior a la entrevista, las urgencias del citado hospital atendieron a nueve niños, de los que dos procedían de la provincia leonesa. Pero este porcentaje no es representativo, puesto que de los 800 niños que se operan al año en este centro, sólo 25 son de León. «Mis compañeros piensan igual. Deben primar criterios de lógica y optimizarse los recursos para que los servicios de cirugía infantial sean rentables», propone Martín Pinto. Partiendo de que la unidad no es preferente, lo cierto es que los cirujanos de ambos centros de referencia también coinciden en que, de abrirse una, el lugar por el que apuestan es Valladolid si se tiene en cuenta la centralidad geográfica de esta ciudad. El Hospital de León, por tanto, pierda toda posibilidad de instituir la nueva especialidad que reclama desde hace dos décadas. Sólo ha conseguido recuperar una prestación asistencial encuadrada dentro del servicio de Pediatría, dedicada a la atención específica de neonatos que requieren cuidados médicos especializados de nivel intermedio. Entre otras funciones permite la reanimación en sala de partos y quirófanos, asiste a recién nacidos con patologías menos graves, incluyendo la posibilidad de aplicar técnicas terapéuticas y cuidados para situaciones de alta dependencia. La unidad también permite estabilizar a recién nacidos que precisan traslado a otros centros y garantiza su transporte en condiciones óptimas. Aunque no afecta directamente a las listas de espera pese a reducir las derivaciones, este servicio no es suficiente para asumir la carga de trabajo que genera la provincia. DESFASE EN LAS LISTAS DE ESPERA Niños que esperan una intervención quirúrgica en Castilla y León, según datos extraoficiales Menores que, según los datos oficiales, están en lista de espera. El desfase se da porque la Junta sólo reconoce en lista de espera a los pacientes a punto de ser intervenidos