Diario de León

| Análisis | De los peces a los dinosaurios |

Dos varas de medir fósiles

Los graptolitos de Salas y los trilobites de Luna son ignorados por Cultura, que declaró BIC las huellas de dinosaurios en Burgos y Soria

León

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El yacimiento de Salas de la Ribera es el único en el mundo por su riqueza en graptolitos, animales marinos que vivieron hace más de 400 millones de años en los mares paleozoicos, hasta el carbonífero superior, es decir, hace 280 millones de años. El yacimiento de trilobites del valle del río Luna contiene restos fósiles con toda la secuencia de la era primaria, desde hace más de 500 millones de años. Es el yacimiento de la era primaria que más especies animales ha descubierto para la ciencia, un total de diez, las dos últimas este mismo año. Son huellas excepcionales de los mares paleozoicos y de los animales que poblaron el planeta, sus aguas en primer lugar, en aquellos remotos tiempos en que la vida humana, ni siquiera la animal terrestre, habían surgido en la tierra. Las concentraciones de fósiles de Los Barrios de Luna fueron descubiertas en 1942 y desde entonces ha sido investigado por científicos holandeses, alemanes y franceses. En las últimas décadas son los españoles quienes tutelan los proyectos de investigación sobre ese momento, aún misterioso, en que la vida animal surge de forma súbita en el mar. El yacimiento de Salas fue descubierto en época más reciente, en el fin del siglo XX. El Ayuntamiento de Puente de Domingo Flórez, a cuyos dirigentes abrieron los ojos los científicos, no dudó en solicitar la declaración de Bien de Interés Cultural para el conjunto, medio año antes de las elecciones locales del 2007. Un año y medio después la Consejería de Cultura, y más en concreto la Dirección General de Patrimonio, no ha respondido a la demanda, que fue avalada por un informe del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y por el apoyo de 170 entidades nacionales e internacionales de más de veinte años, incluido el Museo de León y el Instituto de Estudios Bercianos. Hace un año, el 31 de julio de 2007, el Ayuntamiento de Puente Domingo Flórez recibió una carta firmada por el arqueólogo territorial de la Junta en León, Julio Vidal, en nombre de la comisión provincial de Patrimonio. «La legislación actual parece primar la protección de aquellos bienes del patrimonio relacionados con las actividades humanas», argumenta la misiva en la que se comunica al municipio que la comisión acordó por unanimidad remitir el expediente a la Dirección General de Patrimonio de la Junta para que estudiara la petición. Silencio administrativo Un año después el silencio administrativo envuelve las aspiraciones a que el lugar se convierta en Bien de Interés Cultural. No es la primera vez que la paleontología se encuentra con las lagunas legales en la protección del patrimonio geológico. De esta manera, los fósiles están en el limbo legal. Pero no todos. Fósiles son las icnitas o huellas de dinosaurios halladas en seis lugares de Burgos y diecisiete de Soria. Los yacimientos de icnitas de dinosaurios fueron declarados Bien de Interés Cultural (BI) en el año 2005, después de dos años de tramitación del expediente, bajo la figura de protección de zona arqueológica. Las huellas de los dinosaurios nada tienen que ver con la actividad humana, puesto que también son muy anteriores a Atapuerca, donde se han encontrado los restos fósiles humanos más antiguos hasta ahora datados. Es notorio que en otras comunidades como Aragón los fósiles también son Bien de Interés Cultural. El del yacimiento de Murero, cuyo equipo de investigación trabaja ocasionalmente en el yacimiento de Barrios de Luna para el estudio de los fósiles cámbricos en relación con la «explosión» de vida animal que se produjo de forma súbita en el mundo marino hace unos 510 millones de años, también es Bien de Interés Cultural. El desinterés institucional pone en peligro este patrimonio, que por falta de protección y vigilancia puede ser víctima de expolios, como ha denunciado la comunidad científica en repetidas ocasiones. Además se pierde la oportunidad de poner en valor un patrimonio de «alto interés científico», señala el profesor de la Universidad de Zaragoza Eladio Liñán en relación con el yacimiento de Barrios de Luna. Zaragoza cuenta con un Museo Paleontológico en el que están depositados los últimos fósiles estudiados por el equipo de Murero en Barrios de Luna, por carecer León de un museo de estas características. Además, son numerosos los fósiles de este yacimiento desperdigados por museos y universidades de Francia y Alemania. ¿Pondrá fin a esta desidia la nueva ley de Patrimonio Natural que reconoce a fósiles, minerales, suelos, formas del relieve, formaciones y unidades geológicas y paisajes «que son el producto y registro de la evolución de la tierra»?.

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