El trazado final discurrirá en más de un 80% bajo tierra para eliminar el impacto visual de la infraestructura ferroviaria | Reportaje | 120 años de historia |
Adif termina hoy el primero de los dos túneles del AVE entre La Pola y Telledo
Los cincuenta kilómetros de tubos estarán horadados por completo en primavera La vía
El primero de los dos grandes túneles del AVE entre La Pola de Gordón y Telledo (Asturias) estará terminado hoy, después de perforar durante tres años un tubo de 25 kilómetros de longitud en las entrañas de la Cordillera Cantábrica, principal obstáculo de las comunicaciones ferroviarias entre León y el Principado. Salvar esta barrera sólo era posible con la construcción de un enlace entre La Robla y Pola de Lena, separadas por una línea recta de 49,7 kilómetros. Pero había que hacerlo a través de la montaña. El Gobierno diseñó para ello un proyecto de más de 1.700 millones de euros con un plazo de ejecución de poco más de cuatro años, hasta la primavera del 2009, tiempo previsto para finalizar la variante de Pajares, formada por dos galerías que abren la puerta de entrada a la alta velocidad bajo una montaña muy difícil de excavar por su diversidad geológica y morfológica. Aún falta mucho para ver a los primeros trenes esconderse en el estómago del macizo, pero las obras en el eje central de la infraestructura están ya casi terminadas. A la tuneladora del túnel oeste sólo le restan 3,5 kilómetros para zanjar su cometido, y avanza cada mes cerca de seiscientos metros, por lo que en la próxima primavera ya estará acabada, según anunció ayer el director del corredor norte-noroeste, Carlos Díez. Su gemela, la de la parte este, espera a que llegue hoy el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para reanudar su marcha y derribar el último muro fijado en su recorrido. Esta máquina parará sus motores cuando choque con la que horadó la galería de acceso en Buiza y completó otros 4.100 metros hasta Viadangos, donde espera al otro gran topo, que llegará tras perforar 10,4 kilómetros desde el emboquille norte. A mitad de camino, los trabajadores tendrán que desmontar estas tuneladoras, un proceso que puede durar varios meses. Bajo tierra El trazado final discurrirá en un 80% bajo tierra para eliminar el impacto visual del tendido ferroviario y evitar el efecto barrera de las líneas en superficie. Las Declaraciones de Impacto Ambiental de cada uno de los cuatro lotes son muy rigurosas, y la empresa adscrita a Fomento ha tenido que destinar inversiones millonarias para respetar «escrupulosamente» el ecosistema de las zonas por las que atraviesa la línea, algunas de ellas blindadas mediante las más importantes figuras de protección. Adif ha levantado un sistema de depuradoras en los dos emboquilles y en las plantas de fabricación de dovelas, donde se deposita el agua procedente del interior de la montaña y la utilizada en los procesos de construcción, que después va a parar al río dentro de los parámetros establecidos en la legislación de la comunidad y las confederaciones hidrográficas afectadas. Además, el proyecto contempla la recuperación paisajística mediante la plantación de especies autóctonas que estén adaptadas al medio para garantizar el éxito de la regeneración de su entorno. Respecto a la protección de la fauna, la entidad pública y la Fundación Oso Pardo suscribieron un convenio marco de actuación para el estudio y la adopción de medidas tendentes a identificar el posible efecto de las infraestructuras ferroviarias para el hábitat del plantígrado entre las comunidades de Asturias y Castilla y León. Junto a este acuerdo, ratificaron otro específico destinado a realizar un estudio sobre las actuaciones más adecuadas que permitan la permeabilidad de 35 kilómetros del tendido férreo, entre los municipios de Villamanín y Lena y que se sitúa en el corredor interpoblacional de separación entre estas dos localidades. Ayudas desde Bruselas Finalmente, la construcción de la plataforma de los subtramos que aparecen a cielo abierto y el suministro de materiales y montaje de vía e instalaciones de todo el recorrido van a ser cofinanciados en un 80% por el Fondo de Cohesión de la Unión Europea, que también aportará más de trescientos millones a la ejecución de los trabajos en la parte subterránea. Con este proyecto, los séptimos túneles más largos del mundo los compartirán las provincias de Oviedo y León, que estarán por este camino cincuenta kilómetros más cerca que por la vía vieja, la del puerto.