Los otros dos mosqueteros

Esta vez tocaba hablar de Antonio Pereira, con quien tantos filandones públicos y privados compartieran Luis Mateo Díez y José María Merino, dos escritores leoneses, dos académicos de RAE, que ayer mantuvieron un diálogo ágil, brioso y lleno de humor en el marco del homenaje al poeta y narrador villafranquino. Los dos autores se marcaron un reto difícil: elegir el mejor cuento de Pereira. Si bien abrir cualquier libro al azar bastaría para entresacar una pieza excepcional, Díez y Merino se decantaron por uno, «La enfermedad», que, si bien podría discutirse si es o no el mejor, si resulta «arquetípico», dijeron, de la peculiar forma pereriana de contar historias. Con una asombrosa economía de palabras -los dos escritores lo leyeron en unos pocos minutos-, la narración escogida «nos habla de la marginación, de la vida en una ciudad de provincia, de la soledad, de la pasión...», explicaron, haciendo ver cómo su voz persuasiva, que con pocos elementos «lo sugiere todo» es la clave de unos cuentos llenos de vida y de humanidad. También se internaron los literatos en la historia y en la esencia misma del cuento, eminentemente popular, y echaron en falta una mayor valoración, en España, de las literaturas orales, de las surgidas del pueblo analfabeto. Fue José María Merino quien se mostró más combativo en este aspecto, señalando cómo los cuentos surgen, en un principio, de ese «hondón de sabiduría popular y de sentido común». Pero además, mostraron la manera por la cual el cuento es, además de «medida e intensidad», también «necesidad». Necesidad «por contar el mundo en el que vivimos». En este aspecto destaca Pereira, «glorioso representante del cuento contemporáneo», lo llamaron. Y no se olvidaron tampoco de su faceta poética, máxime teniendo en cuenta que la poesía «es una gran escuela de concisión». Para finalizar, le dedicaron sendos cuentos de su propia cosecha.