Sajambre, 5.000 años atrás: flechas, robles y abedules
Las únicas excavaciones arqueológicas practicadas en la vertiente leonesa de Picos de Europa fueron las realizadas en 1993 por un equipo de la Universidad de Cantabria, con la colaboración de especialistas de la de Santiago de Compostela, y se centraron en un túmulo de la majada de Vegabaño. La estructura estudiada era una pequeña construcción de 5,7 metros de diámetro, situada en el lugar conocido como La Llamarga, a 1.307 metros de altitud. Estaba integrada por una masa de arenas y bloques, protegida por el exterior por una coraza de piedra. Todos los materiales empleados en la construcción del monumento fueron obtenidos en las cercanías del monumento, probablemente en la propia majada. La zona central del túmulo estaba totalmente destruida por buscadores de tesoros, por lo que no se pudo determinar si hubo o no cámara funeraria. Según recuerda Pablo Arias Cabal, autor de las conclusiones de esta prospección, fue posible, por el contrario, obtener valiosa información de un suelo fósil que se localizó bajo el túmulo. El estudio de los pólenes conservados en el suelo sobre el que se construyó el monumento aportó interesantes datos sobre el medio ambiente de la época, como la presencia de pinos, robles y abedules.