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Los heleros centenarios retroceden«entre uno y dos metros» en un año

Publicado por
M. Romero - picos de europa
León

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Desde hace dos años, un equipo multidisciplinar integrado por biólogos, geógrafos y geofísicos estudia el avance de la desglaciación en Picos de Europa. Su trabajo consiste en inventariar y caracterizar las zonas de modelado glaciar dentro del parque nacional, recomponiendo la masa de hielo que se está perdiendo y midiendo su volumen y superficie a través de técnicas geoeléctricas. Parte de este equipo científico realizó el pasado fin de semana un viaje en helicóptero hasta el corazón de los restos glaciares cantábricos para recoger la última información anual que permitirá, en un futuro cercano, conocer con seguridad cuándo acabará la desglaciación de este privilegiado entorno natural. En concreto, la técnica aplicada permite conocer la velocidad de enterramiento y la reducción de la superficie helada, así como la pérdida de espesor en los márgenes del helero. Primeros datos Aunque los datos deben ser analizados con mayor rigurosidad, las primeras conclusiones de esta exploración no son nada esperanzadoras. Hay menos hielo que hace un año -es posible que la regresión haya sido de entre uno y dos metros- y la superficie de los restos glaciares cada vez se encuentra más ocupada por derrubios que propician la aceleración del deshielo, sobre todo en años de poca innivación. Es el caso de la falda norte de Peña Santa, donde aún se conservan restos glaciares enterrados bajo las rocas cuya desaparición resulta inminente. Así lo aventuró este periódico en el año 2006, cuando aún se desconocía el alcance de la desglaciación en Picos de Europa. Reconstruyen el Picos del XIV Lo que están haciendo los científicos es, por un lado, realizar un diagnóstico actual de cada uno de los heleros que existen en Picos de Europa y, por otro, elaborar una cartografía de detalle de los heleros y sus entornos periglaciares. A partir de ahí, se obtendrán los datos necesarios para realizar una reconstrucción de cómo fue la Pequeña Edad de Hielo, calcular la extensión de sus glaciares y comparar estadísticamente las pérdidas de masa sufridas en el último siglo y medio como consecuencia del progresivo cambio climático, según la documentación que maneja Ángel Fernández González, uno de los redactores de este proyecto desarrollado por la consultora ambiental Biosfera, con sede en Oviedo. A la misma altura que se encuentran los últimos restos glaciares (2.200 metros) hay otros muchos lugares que podrían haber albergado glaciares, pero las condiciones topoclimáticas menos favorables impidieron el desarrollo de masas de hielo activas y, en consecuencia, muchas zonas de Picos de Europa se han mantenido desglaciadas en época histórica. Es el caso de Peña Vieja, de Torre Blanca, Arenizas, los Campanarios u otros sectores del circo norte de Peña Santa, donde, quizá por su orientación menos favorable, el menor desarrollo de las paredes y, por tanto, menor protección ante la insolación, no se dieron las condiciones necesarias para la génesis de glaciares. Por tanto, en esos enclaves sólo se permitió la acumulación de simples neveros. Lo que cambia Según las primeras conclusiones que se deducen de este trabajo, desde el último máximo de la Pequeña Edad del Hielo hasta la actualidad, la línea de equilibrio glaciar habría experimentado un ascenso de 150 metros, pasando de 2.600 durante el máximo glaciar histórico a 2.750 metros en la actualidad. En el futuro, teniendo en cuenta el ascenso de un grado de temperatura esta línea climática regional se situará en los 2.800-2.900 metros. Según este grupo de trabajo, los heleros que se conservan hoy en Picos se encuentran en un estadio de franca regresión, con pérdidas de superficie en torno al 65% y, sobre todo, una drástica reducción de su volumen. CÓMO HA VARIADO LA LÍNEA DE EQUILIBRIO GLACIAR Metros de altitud propicios para el desarrollo de un glaciar durante la Pequeña Edad de Hielo Altitud necesaria para la conservación de nieves permanentes actualmente Con técnicas geoeléctricas El grupo de trabajo que estudia la evolución del deshielo en Picos de Europa ascendió al macizo el pasado fin de semana en un helicóptero que partió de Cangas de Onias. Entre otros aparatos, utilizan un georadar que propaga ondas electromagnéticas para conocer el subsuelo. Sobre estas líneas, el helero de La Forcadona en el 2006.

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