El salto de Tarzán a Jones

Pilar Fernández Padierna salta hoy la gran barrera que descubrió hace una década, cuando apenas tenía ocho años, y su madre la llevó por primera vez al cine. «Vinimos al Emperador a ver Tarzán, pero salió con una cara de sorpresa y de extrañeza porque no pudo entender bien la película», cuenta su madre, Ana Padierna. Es el gran salto de Tarzán a Indiana Jones: han pasado diez años y la tecnología, aliada con el nuevo sentir social, permite que las personas sordas «oigan» la última aventura de Jones y sus espectaculares efectos especiales y las invidentes «vean» a través de la audiodescripción. Navegando por Internet Pilar Fernández Padierna descubrió el programa de cine accesible de la Fundación Orange y llevó su reclamación al colegio Santa Teresa, donde estudia, al equipo de específico de atención a las personas con déficit auditivo de la Consejería de Educación en León y a la opinión pública a través de Diario de León. «Hoy se cumple este sueño y estoy intentando llenar la sala para que se repita y haya más cine accesible en León», asegura esta joven que «oye» a través de los ojos -es una experta lectora de labidos- y saca un gran partido al escaso resto auditivo que tiene en un oído. Está agradecida a la Fundación Orange y a Caja España por hacer realidad su sueño y también un poco abrumada: «Quiero disfrutar de ésto, pero también quiero que pase para preparar mi examen de Historia del Arte...»