La reserva de agua del suelo por debajo del10% aventura un final de temporada «flojo»
Las perspectivas eran buenas, pero el año terminará en León con un balance «flojo» o «malo», como lo han calificado algunos de los principales expertos en micología de Castilla y León consultados por este periódico. El equipo técnico del Departamento de Investigación Forestal Valonsadero, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, explicó que la campaña micológica otoñal de 2008 se inició con unas buenas expectativas debido a la primavera extraordinariamente lluviosa, «aunque esta situación previsiblemente óptima en un primer momento no fue acompañada por las primeras lluvias otoñales -entre finales de agosto y septiembre- que hubieran provocado un desencadenamiento global de la fructificación de hongos». La producción de hongos silvestres comestibles depende en un 60% de la reserva de agua en el suelo. Se da la circunstancia de que en la provincia de León esta reserva se ha mantenido por debajo del 10% hasta principios de octubre, aunque se ha incrementado sensiblemente en los últimos días. «El balance final de la campaña dependerá de las condiciones climatológicas que se registren hasta el fin de esta temporada. Un régimen de lluvias adecuado acompañado de temperaturas suaves y sin heladas severas favorecerán la fructificación de hongos en lo que resta hasta final de año», añadieron las mismas fuentes. Pero estas condiciones no se están dando y, de momento, la producción de hongos silvestres es mínima en casi toda la provincia, tal y como se puede comprobar en las imágenes de satélite recogidas en la herramienta Micodata Sig. Las tres especies con mayor valor socioeconómico son «muy escasas» y, como mucho, la producción pasará a ser solamente «escasa» si prospera el crecimiento de setas tras las últimas lluvias, algo improbable si continúan las heladas nocturnas de los últimos días. Una de las zonas micológicas más castigadas por la escasez de hongos es Montañas del Teleno. «La cosa está muy triste», reveló Jaime Olaizola, responsable técnico del programa Life Myas que se ha dado por zanjado recientemente. «Ha sido un año muy malo. No ha llovido suficiente y el boletus que se da aquí deja de salir a finales de octubre, por lo que la temporada se puede dar por prácticamente por perdida», añadió. Salarios perdidos Esta situación no sólo afecta a la industria de la transformación, muy incipiente aún en la provincia, sino que hay muchos salarios perdidos -un buen año, la recolección de setas puede llegar a aportar 17.000 sueldos en León- y un turismo, que aunque aún es incipiente, este año se ha visto especialmente mermado en la zona. Arturo Esteban, gerente de la Asociación Myas, coincide en que «las perspectivas eran buenísimas, pero ha faltado agua en septiembre y octubre, por lo que la campaña actual es floja». Según los datos facilitados por el Departamento de Investigación Forestal Valonsadero, actualmente existen 36 empresas en la comunidad que transforman y comercializan hongos silvestres comestibles. Se trata de empresas ubicadas en las principales áreas productoras, de pequeño o mediano tamaño y que generan un número importante de puestos de trabajo. Estos empleos tienen un valor especial en las zonas rurales ya que suelen ser ocupados por mujeres -labores de limpieza y procesado de setas- con repercusiones en la fijación de la población en áreas desfavorecidas. En Castilla y León el 54% de los alojamientos del ámbito rural tienen clientes micoturistas procedentes principalmente de País Vasco, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón y Navarra. Los recolectores foráneos suelen realizar visitas 2,8 veces al año y permanecen 2,9 días por visita. El 93,6 % de dichos recolectores utilizó algún servicio turístico.