Barrabés: «La internacionalización es el proceso de innovación por antonomasia»

«Al final resulta que la internacionalización es la innovación por antonomasia. Nos quedamos muchas veces en que la innovación es I+D, pero salir al exterior supone tanta innovación que te obliga a ser mejor en el producto, en el proceso y en el modelo de negocio. Y eso es fundamental». Así lo considera Carlos Barrabés, presidente de Barrabés Internet, que presentó ayer el encuentro empresarial organizado dentro de la jornada Aprendiendo a exportar del Icex, en el que participaron Nuria Franco, de Comonor; Juan Antonio Fernández, de Bodega Liberaila Enológico y José Luis Nieto, de Cecinas Nieto. Experto en temas de comercio electrónico, Carlos Barrabés considera que los miedos fundamentales de las pymes a la hora de exportar se centran en el hecho de que el producto no esté a la altura de los de fuera, «y eso es una gran mentira»; en pensar que exportar es muy complicado y requiere saber idiomas o pelear con la burocracia y el que denomina «miedo económico: pensar que es caro, que es sólo para las grandes empresas. Y no es así, de hecho muchas veces el margen de beneficio es mayor». En cuanto a los motivos que llevan a las pymes a lanzarse a los mercados internacionales, destaca por un lado la diversificación para buscar negocio, «algo que hacen sobre todo las empresas con más estructura». En cuanto a las pequeñas, «la mayoría exporta porque tienen a alguien que les compra desde fuera, pero en general pocas van a buscarlo. No suele hacerse una reflexión estratégica sobre la exportación como una nueva manera de vender, con una visión global». Y eso que Carlos Barrabés considera que las herramientas de que disponen hoy las sociedades parar afrontar el proceso de internacionalización son mucho más accesibles que hace poco más de una década. «Sobre todo por Internet, primero porque te permite tener un conocimiento importante de los mercados, y luego porque se puede contactar con clientes y proveedores a distancia y a un coste muy bajo». También la participación en ferias a través de las instituciones abarata sensiblemente la salida al exterior, que cuenta a mayores con el asesoramiento para realizar los trámites burocráticos. «Hoy una pequeña empresa sólo tiene que dedicarse a hacer negocio, el resto es mucho más simple». Respecto a qué productos se pueden exportar, el experto considera que «todo aquello que se fabrica tiene mercado. La cuestión es conocer cuál es tu ventaja competitiva, puede ser desde el precio a la calidad o la marca. La mayoría de las pymes sobreviven por su hecho diferencial, y eso lo pueden vender en su entorno o en Senegal». Rota también la barrera de la logística («ahora los costes de transporte son mucho más relajados»), anima a los empresarios a exportar precisamente en este momento. «Es el ideal, no hay negocio en casa y hay que buscarlo fuera. Muchos exportadores del mundo han empezado su experiencia precisamente en tiempos de crisis».