El PSOE de León rompe la disciplina fijada desde Valladolid y se opone junto a la UPL

Con «libertad de voto para decidir» lo que les pedía su «corazón y cabeza», como les aconsejó el alcalde, doce concejales socialistas -sólo faltó Evelia Fernández por enfermedad- levantaron ayer la mano para respaldar la moción de la UPL en la que el Ayuntamiento expresa su «rechazo más unánime y contundente al proceso gestionado por la Junta, con el seguidismo del PSOE de Castilla y León, para la integración», que no es más que «una fusión encubierta de las cajas de ahorro de la comunidad». Quizá un gesto para la galería, como interpretaron algunos, o la ruptura definitiva con una disciplina fijada desde Valladolid por el nuevo secretario autonómico del puño y la rosa, Óscar López, quien alardeó de «consenso político». En su partido, no. En el PP, por los votos de su grupo municipal en el consistorio de la capital, que se opuso al texto leonesista, parece que sí. La brecha que abre la moción defendida por Javier Chamorro pretende incluir a los miembros del consejo de administración y de la asamblea de Caja España, a los que insta a que «rechacen cualquier planteamiento que les pueda llegar en este sentido en un legítimo ejercicio de sus derechos en aras a las responsabilidad que ostentan», con el objetivo de «poner freno a una nueva cacicada de la Junta que perjudica otra vez a los intereses de León». «Es nuestra caja, la caja de los leoneses, que tienen un sentimiento de identificación con ella», explicó el vicealcalde de la UPL, quien informó de que ahora «pasará de ser la primera entidad de la comunicad a ser una más, con un voto», bajo «las políticas que marque la Junta» y sin «la capacidad que hasta ahora tenían los leoneses para determinar dónde y cómo se invierten sus ahorros». En un discurso en el que subrayó que Caja España es «la única arma que le queda a los leoneses para poder apostar por un futuro mejor sin el sometimiento al PP y al PSOE» y apuntó que «la fusión servirá para coser más a la comunidad, que haya un mayor centralismo y que la Junta, Herrera y Villanueva logren lo que se le escapaba al gran monstruo», Chamorro informó, «sin ser una amenaza», a sus socios del PSOE que su voto en contra «haría muy difícil que la UPL colaborase como hasta ahora en el gobierno municipal», en el que se plantearía «ser más duros» o, incluso, «ir a la oposición». La salva del edil leonesista encontró al alcalde «en desacuerdo en algunas formas de la moción», pero «en total acuerdo en el fondo». «Su única intención es el control económico y político de Caja España por parte de la Junta y consejeros», fijó Francisco Fernández, quien detalló que, aunque «han cambiado de idea y ya no hablan de fusión, esta iniciativa tampoco se entiende». El futuro secretario provincial del PSOE y vicepresidente de la entidad analizó que por los datos de que dispone, puesto que «ni la caja, ni el partido» han trasladado más, «a priori esta nueva situación carece de sentido» desde el momento en que «ni se argumenta por qué». «Dicen que para tener una estructura de mayor dimensión, cuando vemos que los gobiernos de todo el mundo tienen que inyectar dinero a los monstruos financieros, mientras que ni una sola caja ha tenido que recibir estas ayudas gubernamentales, porque son rentables a pesar de la decisión», razonó. Consciente del enfrentamiento que se acrecienta con la dirección del PSOE en Valladolid, que incluso podría decidir medidas disciplinarias, Fernández dejó un recado: «No es la primera vez. Mi partido tiene una opinión y yo la mía. Seguiremos cada uno con la nuestra y a ver qué pasa». Al margen, el PP defendió que «la fusión servirá para reforzar las cajas y afrontar proyectos de mayor envergadura» y acusó a UPL y PSOE de «hacer demagogia» y crear «una alarma innecesaria».