Detenidos dos etarras en Francia con armas y material de acampada

La Gendarmería francesa detuvo a unos 60 kilómetros de la frontera pirenaica con Andorra a dos presuntos huidos del comando Urederra de ETA, desmantelado en marzo de 2007 antes de que comenzara a atentar. Mikel Olza Puñal Saioa, y Ugaitz Astiz Arangoa Laiotz, que iban armados, circulaban en sentido contrario por una autovía en bicicletas de montaña cargadas de pesadas mochilas en las que llevaban equipamiento con el que se sospecha que acampaban por las estribaciones de los Pirineos centrales. Los investigadores lanzaron un llamamiento a la colaboración ciudadana con la difusión de sus fotos y un número al que telefonear. Las detenciones fueron practicadas pasadas las 12:30 horas en las afueras de Tarascon sur Ariège, localidad de la región de Mediodía-Pirineos distante 60 kilómetros de la frontera de Francia con Andorra. Una patrulla de la Gendarmería, apostada en misión de rutina en una rotonda en la salida hacia Foix, observó a dos hombres que se disponían a entrar en bicicleta de montaña en sentido contrario por la carretera nacional 20, una autovía de dos carriles en cada dirección en la que están prohibidos los vehículos no matriculados. Los militares dieron el alto a los ciclistas que, con dificultades para expresarse en francés, se hicieron pasar inicialmente por turistas de nacionalidad argentina de excursión por la región. En un momento dado, para pasmo de los sorprendidos agentes, los sospechosos salieron corriendo con las bicicletas al hombro y se montaron en ellas ya dentro de la autovía, pero en sentido contrario. Los gendarmes salieron tras ellos a bordo de su furgón, les siguieron a distancia por el lado bueno de la carretera y les observaron arrojar al suelo las bicicletas para emprender a pie la huida campo a través. Al cabo de 400 ó 500 metros de persecución fueron alcanzados y esposados sin oponer más resistencia. A la vista de las evidencias encontradas en su poder, pronto reconocieron su militancia en ETA antes de parapetarse en el mutismo habitual entre los activistas de esta organización ante las fuerzas de seguridad galas. Los autoproclamados etarras iban pertrechados de armas que llevaban en las respectivas mochilas que portaban consigo. Se trata de un revolver 357 Magnum y de una pistola ametralladora del calibre 22 Long Rifle, de los que no intentaron hacer uso. También tenían documentos españoles falsificados y documentación impresa con el anagrama de ETA guardada en un bolso de viaje. Además, transportaban una tienda de campaña y material de acampada.