La policía tuvo que disparar al aire para dispersar la aglomeración en Melilla en la que murió una mujer
Agentes de la policía española tuvieron que realizar ayer dos disparos al aire para dispersar la aglomeración que se ha producido por la mañana en el puerto fronterizo de Barrio Chino de Melilla, donde una mujer marroquí se cayó y ha muerto pisoteada y otras cinco personas resultaron heridas. Fuentes de la Jefatura Superior de Policía han informado en un comunicado de que los hechos han tenido lugar a las 7,20 horas, cuando entre 300 y 400 personas se han aglomerado ante los tornos de entrada del control policial español del puesto fronterizo, en una zona conocida como 'jaula' por estar rodeada de alambradas y barrotes. En ese momento, una mujer marroquí de unos 30 años, cuya identidad no ha sido facilitada, ha caído al suelo por causas que se desconocen y ha quedado tendida sin conocimiento, por lo que ha sido arrollada por la multitud que en ese momento pretendía acceder a Melilla. Según la Jefatura Superior de Policía, fue necesario realizar dos disparos al aire para «dispersar a la muchedumbre» y poder acceder a la mujer tendida en el suelo. Al comprobarse que respiraba con dificultad, la Policía pidió la presencia inmediata de una ambulancia, por lo que una UVI móvil del 061 se desplazó rápidamente al puesto fronterizo de Barrio Chino. Los profesionales sanitarios practicaron los primeros auxilios a la mujer durante una hora en el interior de la UVI móvil, pero no pudieron evitar que entrara en parada cardiorrespiratoria y muriera El cadáver fue trasladado al Hospital Comarcal a las 8,45 horas, una vez reconocido por el médico forense. Fuentes policiales han informado de que durante el proceso de reconocimiento del cadáver, el puesto fronterizo de Barrio Chino fue cerrado al tráfico de peatones por orden del juez de guardia, algo que niega la Delegación del Gobierno. La actividad comercial que se desarrolla en Ceuta y en Melilla, en su mayoría enfocada hacia Marruecos, provoca que las aglomeraciones y las retenciones sean frecuentes entre los cientos de marroquíes que a diario cruzan las dos fronteras.