El PSOE quiere encumbrar a ZP como líder de la izquierda europea

Apenas hubo el más mínimo debate interno sobre la gestión de la crisis. José Luis Rodríguez Zapatero habló este sábado ante el máximo órgano de decisión de su partido entre congresos y los más de 240 integrantes del Comité Federal aplaudieron sin poner peros. Los socialistas han encumbrado ya al presidente del Gobierno a la categoría de líder «europeo e internacional». Lo que queda es que los demás se lo reconozcan. El secretario general de la federación extremeña, Guillermo Fernández Vara, defendió que el jefe del Ejecutivo está capacitado para ejercer como contrapunto de Nicolás Sarkozy en Europa. «La derecha ya tiene su líder -dijo- pero la izquierda está coja». José Blanco fue más allá. «Lo han entendido mal», aseguró, porque Zapatero es ya ese dirigente de referencia. El propio jefe del Ejecutivo defendió su presencia en la cumbre del G-20 en Washington como una oportunidad de defender los «valores en los que creemos». Fue, según subrayan fuentes próximas al líder socialista, un discurso para consumo interno porque en la conferencia internacional sobre la reforma del sistema financiero, celebrado la semana pasada, Zapatero dejó de lado la batalla ideológica y se enfundó el traje del hombre de Estado pragmático. «La izquierda, la solución» Aún así, los socialistas dan por bueno que «la derecha nos ha metido en esta crisis y es la izquierda -dijo Blanco- la que tiene que sacarnos». «Lo que ha entrado en crisis es una forma de entender el mundo y de responder a la gobernanza económica». El número dos de los socialistas admitió que quizá sea demasiado «taxativo» decir en Washington se produjo un triunfo de la socialdemocracia y que Zapatero fue el principal artífice de la victoria, pero aseguró que en la cuna del neoconservadurismo «todo el mundo» avaló una respuesta a la crisis que coincide con las de su partido: se apostó por un Estado «capaz de intervenir para corregir los desequilibrios que se han producido con más dinero y más recursos» y por un aumento, según su interpretación, del gasto público.