Cristóbal Montoro asegura que «los políticos no se callan ni debajo del agua»
El PP teme que Aznar anime el voto de castigo a Rajoy en las europeas
Los populares creen que los votantes más radicales entregarán su confianza a Rosa Díez
madrid
La dirección del PP dispone de estudios que vaticinan su éxito en las elecciones europeas pero también alertan del riesgo de que exista un voto de castigo a Mariano Rajoy por parte de sus electores descontentos. Por eso, los dirigentes populares temen que los discursos críticos de José María Aznar a la política de oposición que protagoniza el líder del PP animen a los votantes del ala más radical a expresar su protesta entregando el sufragio a la opción que representa el partido de Rosa Díez.
En la lectura de los datos de las últimas elecciones generales, que vienen a confirmar los actuales estudios demoscópicos, se demuestra que buena parte de los votos de Rosa Díez proceden de caladeros populares de Madrid donde Esperanza Aguirre triunfa en las elecciones autonómicas. Son electores de la derecha que premian la claridad de los discursos «sin complejos» de la presidenta autonómica y se identifican con los mismos planteamientos de Rosa Díez sobre la unidad de España, la defensa de la lengua o la confrontación abierta con el PSOE.
«A ninguno de estos votantes le importan las posiciones de esta ex dirigente del PSOE sobre el aborto o la laicidad», apunta un analista del equipo de Rajoy, que recuerda que los comicios europeos son propicios para castigar a los partidos. También aseguran que el candidato no influirá en el resultado -”incluso aunque se confirme a Jaime Mayor en el puesto-” porque, supuestamente, estos votantes enfadados quieren penalizar a la dirección responsable del rumbo que sigue el partido En este sentido, los más antiguos del partido recuerdan que Marcelino Oreja fracasó en las elecciones de 1989 cuando los votantes de la derecha apoyaron la candidatura de la Agrupación de Electores Ruiz Mateos que obtuvo 608.560 sufragios y dos diputados.
«Aznaristas»
Mientras el ex presidente del PP aglutina a los aznaristas, el presidente ejecutivo del partido no se preocupa por el cierre de filas de los suyos y no hace nada por propiciar un compacto equipo de afines. «Él es así, es su estilo», explica un diputado de la nueva hornada. Lo cierto es que la dirección popular sabe muy bien dónde están sus detractores y adversarios internos: en la Faes, en el ámbito que controla la presidenta del PP de Madrid y en un sector del grupo parlamentario del Congreso.
Un ex ministro clasifica a los críticos en dos categorías: los irrecuperables y los que están desorientados. Entre los primeros, incluye a Ángel Acebes, Cayetana Álvarez de Toledo, Ignacio Astarloa, Carlos Aragonés, Gabriel Elorriaga, que cuentan con la simpatía del ex portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, actualmente alejado de la política activa.
«Todavía quedan tres años por delante hasta las próximas elecciones y habrá que aprender a convivir con ellos», apunta otro parlamentario de la dirección del grupo que admite las dificultades de contar con compañeros que, como diría Dolores Cospedal, «reman en otra dirección». Otros dirigentes trataron de restar transcendencia y negar intención crítica a las palabras del presidente de la Faes. Así lo hizo el portavoz económico del partido, Cristóbal Montoro, que, no obstante, constató que «los políticos no se callan ni debajo del agua».