El pueblo de Ignacio Uría vence el miedo unas horas y dice «no» a ETA

m.s.p. | azpeitia

Azpeitia venció el miedo a ETA. Aunque fuera sólo por unas horas, los demócratas tomaron la ciudad gobernada por el brazo político de la banda, ANV, para decir «no» a los terroristas y mostrar su solidaridad con la familia del empresario Ignacio Uría. Cientos de personas anónimas y representantes de instituciones, partidos y del mundo empresarial participaron en las concentraciones de repulsa al último crimen etarra y arroparon a la numerosa familia del industrial asesinado. Los primeros en dar la cara fueron los trabajadores de Altuna y Uría, la empresa que dirigía, junto a sus hermanos, el empresario. Unas 300 personas se concentraron a las 10:30 horas en silencio frente a la sede convocados por el sindicato ELA, a escasos metros del lugar donde los etarras acribillaron al industrial. Pero no estaban todos: el centenar de afiliados a LAB, la central de la izquierda abertzale, no se dejaron ver.

No sólo los demócratas coparon la calle. También los carteles llamando a la concentración frente al ayuntamiento de repulsa a ETA desplazaron la habitual propaganda de la izquierda abertzale que inunda las calles de Euskadi. Desde primera hora de la mañana, varios voluntarios empapelaron Azpeitia con un bando, con el membrete del ayuntamiento, que da cuenta del acuerdo del consistorio para condenar el atentado con el apoyo de los ediles de PNV, EA y Aralar. Los vecinos estaban convocados frente al ayuntamiento. No se llenó la Plaza Mayor, pero casi un millar de personas se concentraron en el corazón del pueblo de mayoría abertzale.